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Revalorizar al cantautor

Ismael Serrano en tiempos de IA y su pronóstico para el futuro: "La gente va a querer conectar de manera diferente"

El artista vuelve al país, estará el 26 y 27 de noviembre en el Teatro Ópera y luego irá a otras ciudades.

14 Noviembre de 2025 16:24
Ismael Serrano vuelve a la Argentina.

Ismael Serrano vuelve a la Argentina con una propuesta muy original, pero en el sentido de volver a los orígenes de su creatividad. Con la gira Guitarra y Voz se presentará solo con su instrumento en el escenario durante las ocho fechas que ofrecerá en el país, en las cuales tocará gran parte de su repertorio, que cuenta con más de 15 álbumes en sus casi 30 años de carrera.

Mientras que el 26 y 27 de noviembre estará en el Teatro Ópera de Buenos Aires, el 28 se presentará en el Teatro Coliseo de La Plata , el 29 el Teatro El Círculo de Rosario, el 2 de diciembre en el Teatro Don Bosco de Bahía Blanca, el 3 en el Teatro Municipal de Olavarría, el 5 en el Teatro Mercedes Sosa de Tucumán y 7 en el Quality  Espacio de Córdoba. La conexión del cantautor con la Argentina es profunda al punto de que ya desde su segundo  disco La Memoria de los Peces de 1998, le dedicó una canción "A las Madres de Mayo". Aunque también desde hace 15 años está en pareja con Jimena Ruiz Echazú, una mujer nacida de este lado del Océano Atlántico. La intención de la gira es poder "ser un ejercicio de honestidad ante el público" y darle lugar a la experiencia analógica de las y los espectadores.

En diálogo con BigBang, Serrano profundizó sobre la necesidad de revalidar lo físico y real por sobre lo virtual y digital que impulsa el mundo de las inteligencias artificiales. "La gente va a querer conectar de manera diferente", pronosticó. Según especuló, la dificultad de discernir lo real de lo irreal en términos de imágenes y videos impondrá una reconexión con la percepción por fuera de las pantallas.

El cantante también analizó la realidad política actual con los auges de las nuevas ultraderechas, aunque no le restó el precio a los jóvenes de hoy que ofrecen una muestra de resistencia ideológica. "El pesimismo es una herramienta política que se usa para desmovilizarnos, hay que tener esperanza porque en cualquier momento se abre una ventana de oportunidad que acerca la posibilidad de cambiar las cosas", aseguró.

 Reivindicar la sencillez del trovador, la necesidad de contar historias que exigen como una calma y otra mirada, en tiempos de déficit de atención.

Volvés a la Argentina con un modelo bastante original: Guitarra y Voz. ¿Con qué se va a encontrar tu público?

- Un poco con la esencia, con la vuelta al origen de alguna manera. Venimos de hacer una gira muy exigente con una gran producción, rodeado de 40 músicos sobre el escenario, una gira sinfónica que nos ha dado muchas satisfacciones, que me ha permitido elevar las canciones a otro nivel, como imprimirles una épica muy especial. Y me apetecía, después de ese periplo, volver un poco a las esencias. Reivindicar un poco también el canon del cantautor, porque yo creo que el término cantautor está un tanto denostado y estigmatizado en estos tiempos y me parece necesario reivindicar frente a la impostura que a veces predomina en la música y una falsa sofisticación.

Reivindicar la sencillez del trovador, la necesidad de contar historias que exigen como una calma y otra mirada, en tiempos de déficit de atención. Exigen como una mirada tranquila, sosegada, una escucha activa que casi se transforma en diálogo. Es un poco lo que estamos haciendo. Acabamos de empezar esta gira. Hemos estado en República Dominicana, Costa Rica, México.

Ismael Serrano estuvo a principios de 2025 en la Argentina, pero en una gira con una sinfónica.

Me permite hacer repaso de toda mi discografía, que el repertorio sea más flexible, porque estoy yo solo en el escenario y me permito atender a las peticiones del personal. Pretende ser un ejercicio como de honestidad ante el público, de 'esto es lo que soy' y quizá también, esto es lo que aprendí durante todo este tiempo, porque uno está en el escenario, toca las canciones y se interpreta desde otro lugar también.

En tu caso siempre fuiste un cantautor comprometido en causas y no tanto con el mercado, en un mundo donde cada vez hay más influencers que evitan dar su opinión de temas sensibles, parece un oasis en el medio del desierto este tipo de compromiso ¿Cómo lo sentís vos?

- Creo que las dinámicas de las redes sociales, cómo funciona en el algoritmo, ha hecho que se module mucho el mensaje de ciertos personajes públicos, que tienen la capacidad para amplificar según qué mensajes y contenidos. Ese hostigamiento que pretende disciplinar, a veces en redes sociales, a aquellos que se expresan políticamente, ese hostigamiento funciona y la gente tiene miedo a decir lo que piensa.

Pretende ser un ejercicio como de honestidad ante el público, de esto es lo que soy y, quizá también, esto es lo que aprendí durante todo este tiempo.

El algoritmo, en tanto en cuanto alimenta nuestros prejuicios y nuestro sesgo de confirmación, en tanto en cuanto nos ofrece noticias, contenidos que tienen que ver con nuestros hábitos de escucha y nuestra forma de pensar, lo que hace es desacostumbrarnos a la hora de confrontar ideas con alguien que piensa diferente. Está deteriorando la discusión pública en torno a la política. Se polarizan las conversaciones y nos impermeabilizamos ante lo que el otro tiene que decir. Y se generan dinámicas muy tóxicas.

Los influencers, su medio son las redes sociales. De alguna manera, nos hemos acostumbrado a comunicarnos con el público a través de ellas y, de alguna manera, el algoritmo está disciplinando a la gente. La gente sabe que dar su opinión sobre según qué temas puede acarrearle un costo reputacional, no ya sólo porque le señalen sino por el ruido que se puede formar en torno a su figura. En un contexto en el que no solamente los influencers sino los músicos también dependen mucho de de las marcas.

Ismael Serrano se presentará esta vez sólo con su guitarra y su voz.

Porque ahora las discográficas han pasado de vender discos a negociar con marcas las imágenes de los artistas. Tienen mucho cuidado a la hora de expresarse políticamente. Yo creo que somos más rehenes aún de las leyes del mercado. Porque ahora esos influencers o esos creadores de contenidos dependen mucho de las marcas, y las marcas son muy conservadoras en ese sentido. No dependen tanto de su audiencia, han dejado de depender de su audiencia y han dejado de depender del oyente o del 'escuchante', como lo queremos llamar.

Fundamentalmente porque las plataformas digitales, además, pagan muy poco por escucha y se buscan otras fuentes de financiación. También está pasando en la música. Los músicos tenemos, aunque se nos quiere convertir en creadores de contenido, un conflicto en nuestra relación con las redes, porque están exigiéndonos todo el rato nuevos contenidos. A nosotros aún nos quedan los conciertos, pero creo que incluso se está cambiando la relación de la gente. Las experiencias musicales se están cambiando: los festivales que tienen muchos grupos seguidos a la manera de una playlist donde te dicen que sólo puedes tocar 45 minutos, donde la atención del público es relativa, porque el objetivo de acudir a esos conciertos es más socializar que experimentar las sensaciones que ofrece el músico. También, de alguna manera, se está cambiando la experiencia del concierto, del vivo, del directo en muchos aspectos.

Los músicos tenemos, aunque se nos quiere convertir en creadores de contenido, un conflicto en nuestra relación con las redes, porque están exigiéndonos todo el rato nuevos contenidos.

Según muchos analistas, la inteligencia artificial nos va a llevar a un mundo completamente digital y automatizado. Pero hay un poco una cuestión de que, quizás, lo analógico se revalorice. ¿Cómo sentís estos cambios en la tecnología que alejan del contacto humano?

- Lo que nos va a rescatar, precisamente, es que va a haber una búsqueda de autenticidad detrás de las propuestas culturales que nos llegan del mundo digital. No solamente vamos a valorar la propia propuesta, sino lo que la historia que hay detrás de la canción. La historia en el sentido de que hay un ser humano real, con sus vivencias, con sus experiencias, y eso te va a conectar de otra manera con la música que se hace.

Es lo único que nos va a rescatar porque yo creo que muchas veces se subestima la capacidad de la inteligencia artificial. Cuando dicen: 'no, va a ser incapaz de crear grandes canciones, grandes películas'. Primero, convengamos que lo que más triunfa -o lo más comercial- no son las grandes películas ni las grandes canciones. Tampoco es tan difícil de imitar según qué géneros y qué músicas y qué cine. Igual, para las inteligencias artificiales no es tan difícil trabajar.

Ismael Serrano lleva 28 años desde que lanzó su álbum Atrapados en Azul.

Más allá de eso, creo que la gente va a querer conectar de manera diferente con la propuesta en la que sabe que hay alguien detrás real de carne y hueso con sus vivencias, con sus experiencias. Va a hacer esa lectura, que va más allá de la superficie de la canción. Sobre todo también porque va a llegar un momento en el que la gente no va a saber lo que es real y lo que no. La inteligencia artificial tiene tal capacidad de simulación, que es muy difícil distinguirla de lo que es real. En ese contexto va a haber un mayor cuestionamiento de lo que nos llega en redes. Va a haber un mayor cuestionamiento y se va a querer conectar con el ser humano desde otro lugar. Eso sí puede ocurrir.

Atrapados en Azul es del '97 y ahí tenés un tema que es muy conmovedor: Papá cuéntame otra vez. ¿Qué diría un chica de esta generación a la tuya? Porque los jóvenes de ahora también le dicen a tu generación los mismos planteos.

- Es que quizás sea ley de vida. Quiero decir, que ese reproche se reproduce generación tras generación. Creo que es inevitable que los hijos hagan ese reproche pertinente y le digan "esto no es el mundo que soñaste para nosotros". Que tengan ese nivel de exigencia porque además es lo que corresponde a un joven que es soberbio, arrogante, que cree conocer todas las respuestas y quiere asumir un protagonismo que siente que le niegan. Que creo que es un sentimiento generalizado cuando eres joven: quieres ser dueño de tu destino y hay como un tapón generacional que te impide expresarte.

Es un sentimiento generalizado cuando eres joven: quieres ser dueño de tu destino y hay como un tapón generacional que te impide expresarte.

Creo que esa brecha ha ido creciendo con el tiempo. Que los jóvenes se sienten cada vez más excluidos y, por lo tanto, más desencantados. Y sobre todo sienten que han perdido perspectiva de futuro. Nuestros padres sí tenían la conciencia clara de que sus hijos iban a vivir en una realidad mejor, que iban a tener mejores contratos, mejor sanidad pública. Pienso en mis abuelos que venían del campo y que llegan a la periferia de Madrid, a Vallecas, a un barrio obrero de casas construidas por los propios vecinos, de calles de tierra y retrete compartido, que luego se fue urbanizando y que fue creciendo.

Estoy seguro que ellos tenían la certeza de que sus hijos iban a ir mejor, iban a poder acceder a estudios universitarios, y, de hecho así fue, sobre todo los más jóvenes. Que iban a poder ganar pensiones que en su vida habían pensado que pudieran ganar, que iban a ir a sus centros de salud y ser atendidos en su vejez, como así ha ocurrido. Y por primera vez en mucho tiempo hay una generación que sabe que va a ser peor su futuro, que no van a tener las pensiones de sus padres, que no están teniendo una sanidad como la que tenían antes.

Ismael Serrano siempre se comprometió con las causas sociales.

Sí hay un desencanto mayor con respecto a los políticos. Y la expresión de ese enfado al final son populismos de ultraderecha que lo que proponen es dar una patada en el tablero, sobre todo para una generación que es absolutamente desmemoriada y no sabe lo que es la ultraderecha, lo que supusieron en la historia los años más oscuros de la historia más reciente, que tienen que ver con esos movimientos reaccionarios de ultraderecha que nos llevaron a lo peor.

A veces también me hago esa pregunta ¿qué le diríamos a nuestros hijos cuando nos digan papá cuéntame otra vez? ¿Hemos sido capaces de construir un relato propio? No lo sé. Desde luego no con la épica de nuestros padres. Y ese reproche será más duro. Pero bueno, también pienso que estamos a tiempo, que el pesimismo es una herramienta política que se usa para desmovilizarnos, que hay que tener esperanza porque en cualquier momento se abre una ventana de oportunidad que acerca la posibilidad de cambiar las cosas. Que tampoco hay que sucumbir ni a la melancolía, ni al desencanto, aunque la tentación está ahí.

¿Qué le diríamos a nuestros hijos cuando nos digan papá cuéntame otra vez? ¿Hemos sido capaces de construir un relato propio? No lo sé. Desde luego no con la épica de nuestros padres

En Argentina gobierna la ultraderecha y en España está muy ardiente todo lo que es Vox. ¿Quizás son los nietos -o los hijos- quienes puedan contar la historia esta vez? Porque las movilizaciones antifascistas contra Vito Quiles fueron muy grandes.

- El rollo de la ultraderecha es que es sumamente ruidosa. Primero dominan las redes sociales porque el algoritmo está hecho para favorecer un poco ese tipo de controversia. Lo único que buscan las redes sociales es la interacción y el algoritmo descubre que lo que más interacción genera es la indignación. Por lo tanto amplifica mensajes de odio, que lo que van a hacer es que reaccionemos virulentamente la mayor parte de los usuarios. 

El problema de las redes sociales es que también generan falsos consensos, que no son reales luego en la vida real. No son ciertos. Genera falsos debates y luego ocurre eso, que te das cuenta que en las universidades los chavales tienen otra otra mirada. En España, por  ejemplo, en el movimiento de denuncia ante lo que está pasando en Gaza, los movimientos universitarios han sido pioneros en todas partes. Y los estudiantes son los primeros en señalar los problemas reales. 

Ismael Serrano no le esquivó a los debates actuales alrededor de la IA.

Son los jóvenes los que más están padeciendo los rigores de la deriva de las políticas económicas a nivel global. El problema de la vivienda, que está siendo un problema en toda Europa y demás, el problema de cómo los salarios se congelan y el coste de la vida sube, es como una transformación a cámara lenta que no percibimos de inmediato, pero cuando miras con la perspectiva de las décadas te das cuenta de que es sangrante. Pues eso lo padecen sobre todo los más jóvenes.

De hecho, mucha gente incluso de izquierda, plantea como un enfrentamiento generacional. Ya no se trata de una lucha de clases para algunos, sino una lucha entre generaciones. La generación de los boomers, que gozan de grandes pensiones, que algunos entienden como privilegios, y los jóvenes que viven con una precariedad laboral y casi emocional constante. 

Son los jóvenes los que más están padeciendo los rigores de la deriva de las políticas económicas a nivel global.

Creo que, en contra un poco de lo que pueda parecer el pesimismo generalizado, y por más que hay encuestas que dicen que los jóvenes se están volviendo cada vez más de derecha, yo confío en ellos. Sí se ve, por ejemplo en Alemania, que se da el hecho de que los varones sí se vuelven más conservadores, y las mujeres sí se vuelven más progresistas. Y luego también la realidad es muy volátil. Está muy sujeta a la coyuntura, no hay un compromiso. No quiere decir que los jóvenes sean militantes. Es todo muy volátil, esto de la realidad líquida es un hecho y los procesos políticos cambian muy rápidamente, para bien y para mal.