Mientras Canal 9 atraviesa su propia tormenta interna, Beto Casella eligió un escenario distinto para volver a hablar: los Martín Fierro de Radio. Allí, donde el conductor fue galardonado por su ciclo Nadie nos para como Mejor Programa Diario de Interés General en FM y, sobre el final, coronado con el Oro, lanzó un discurso que combinó denuncia, sensibilidad y una reivindicación explícita al rol de los trabajadores de medios. Sin nombres propios, pero con destinatarios claros. "El 80% de la gente que está sentada acá en las mesas, que son conductores, columnistas, panelistas de radio, de tele, andan en un promedio de 450 mil pesos", visibilizó.
Y denunció; "Están yendo a laburar para pagar la prepaga y las expensas". Desde el escenario, el conductor de Bendita TV lanzó un contundente mensaje que, bajo la forma de una súplica "amable", sonó a cachetazo de realidad para empresarios y directivos del medio. Beto, cuya figura lleva casi dos décadas consolidada tanto en televisión como en radio, usó la celebración para visibilizar el deterioro económico y emocional que atraviesa gran parte del sector. "No es un discursito político esto, porque no tiene nada que ver ni con el gobierno, porque esto ya trae como cuatro añitos", aclaró, diferenciándose del ruido partidario.
De esta manera, buscó poner el foco en las condiciones estructurales de precariedad profesional que afectan incluso a los nombres reconocidos de la pantalla. El mensaje también tuvo un costado organizativo, casi sindical: "Los invito a que se junten en cada radio. Que disfrutamos tanto, además, lo que hacemos. A charlar amablemente con la persona con el superior de turno. A ver, ´che, ¿cómo me podés arreglar esto?´ Porque vamos a ir cada vez más abajo, vamos a ver cada vez más cara de culo en el día a día", propuso, marcando la urgencia del deterioro salarial pero sin perder su característico tono llano y reflexivo.
El discurso de Beto Casella llega días después de un fuerte conflicto con Canal 9, su histórica casa televisiva, donde Bendita -el ciclo que conduce desde hace 18 temporadas- atraviesa una crisis de logística, maltrato y falta de diálogo con los directivos. "No me cuidan... No, yo no quiero que me cuiden. Quiero que me dejen trabajar tranquilo. No pido nada. Ni ropa pido. Me la compro yo, voy a la calle Avellaneda. No jodo para nada", había dicho días atrás ante un móvil de LAM. Allí se había mostrado visiblemente molesto por la situación del canal y por lo que él calificó como "un destrato". "No me compliques, si no molestamos", fue su pedido.
Según su entorno, el conflicto se agravó por decisiones administrativas arbitrarias, como la asignación de los estacionamientos a radios y productoras externas que dejaron sin lugar a su equipo, sumado al despido de un productor clave y la desorganización crónica. Casella, fiel a su estilo, no pidió clemencia: puso un límite: "Yo no tengo problema en buscarme rápidamente... y sé que, por suerte, lugar voy a tener. Así que no tiene más que decírmelo. Pero no diciembre. En septiembre".
Lejos del papel de víctima, el conductor dejó claro que no se aferra a ningún canal, pero exige respeto por el trabajo y por su gente. "Me llevo a todos", aseguró. No sorprende que Joe Fernández, uno de sus compañeros radiales, lo haya comparado con Maradona en el Nápoli: "El apodo de capitán es genuino". La paradoja es evidente: mientras el conductor sufre destratos en la televisión que él mismo sostuvo con éxito durante casi dos décadas, la radio lo consagra con premios y ovaciones.
Incluso, el propio Casella se mostró sorprendido por los galardones. "Yo pensé que avisaban cuando te iban a dar el Oro. Mirá si no venía", dijo al recibir el máximo galardón de la noche, entre risas y emoción. "Me parece que es desmesurado, sin falsa modestia", añadió, agradeciendo a APTRA y recordando a sus referentes de toda la vida: "Tengo un poquito de todos ellos".