El discurso que dio Cristina Pérez tras quedarse con el Martín Fierro a mejor conducción femenina por su programa en Radio Rivadavia intentó conmover desde lo político a la audiencia, aunque las imágenes que se vieron durante su exposición generaron confusión en este objetivo y revelaron una serie de eventos bizarros que atentaron contra la ocasión.
"Hay alguien que confía, hay alguien que cuenta con nosotros. Hay alguien que nos espera, que se siente acompañado, que nos da su amor sin saber si lo retribuimos, sin saber cuán en serio estamos haciendo lo que a ellos, a veces, les cambia la vida o le rompe la soledad. La radio es eso", señaló Pérez en las primeras palabras de su discurso, que hasta el momento había logrado mantener la atención sin distracciones.
"Y también es hacer periodismo desde lo más honesto de nosotros mismos. Yo nunca tuve caretas, y tampoco las voy a tener. Y eso sabe el público que me acompaña", aseguró la conductora, mientras las imágenes distorsionaban la seriedad que buscaba ponerle. Mientras tanto, su colega Baby Etchecopar aparecía hurgándose la nariz, para luego mirar la punta de su dedo pulgar para ver qué había sacado de adentro.
"Este año fue muy importante para la república, porque quedó demostrado que somos todos iguales ante la ley. Se habló de muchas cosas que necesita la democracia. ¡La democracia necesita que no se robe! Y a veces parece que muchos lo olvidan", continuó la ganadora del Martín Fierro. Del terreno en el que se metió en términos discursivos era difícil salir sin heridas y eso se vio reflejado en el rostro de Tamara Pettinato, quien juntó sus dientes superiores con sus labios inferiores en un sentido despectivo, sin importar que las cámaras la enfocaran.
"Por eso los periodistas tenemos que defender iniciativas como Ficha Limpia. Tenemos que defender, cada vez que ocurre, el freno a las reelecciones indefinidas; al poder absoluto. Y tenemos que defender la libertad de expresión para todos. No sólo para los amigos", propuso Pérez en ese sentido, mientras enfocaban a un Beto Casella que se escondía detrás de su estatuilla con un gesto de vergüenza ajena ante lo que oía.
Sobre el final de la oratoria de Pérez, las imágenes encontraron en el ministro de Defensa y pareja de ella, Luis Petri, un punto en el cual evitar confusiones que atenten contra el discurso. Aunque también los aplausos de sus colegas de Radio Rivadavia, como Jony Viale, distrajeron el sentido del mensaje.
"Amigos está en nosotros ser libres y defender el periodismo con total honestidad. Se lo dedicó a mis oyentes. Miren lo que es la vida. A mi marido lo conocí haciéndole una nota en la radio. Hasta el amor se lo debo a la radio", cerró la conductora premiada, con la sonrisa de su pareja en plena cámara.