Alejandra "Locomotora" Oliveras falleció este lunes 28 de julio a los 47 años en el Hospital José María Cullen de Santa Fe, tras luchar durante dos semanas contra las secuelas de un accidente cerebrovascular isquémico. Su estado de salud, desde el primer momento, fue "crítico". La noticia sacudió al mundo del deporte, a quienes la admiraron desde el ring y también a quienes la conocieron por su intensa labor social, su carisma arrollador y una vida marcada por la resiliencia.
Según explicó el director del hospital, Bruno Moroni, en diálogo con La Nación, la exboxeadora sufrió "un shock seguido de un tromboembolismo pulmonar masivo", es decir, un coágulo que bloqueó las arterias principales del pulmón y comprometió severamente el flujo sanguíneo al corazón y al cerebro. En su ingreso al hospital, ya presentaba un síndrome confusional y parálisis parcial del lado izquierdo del cuerpo. La muerte la sorprendió acompañada por sus hijos y seres queridos, sin antecedentes médicos previos de gravedad, salvo una reciente cirugía que no habría influido en el desenlace.
Alejandra Marina Oliveras nació en El Carmen, Jujuy, el 20 de marzo de 1978. Conocida como "Locomotora" por su empuje, tenacidad y estilo ofensivo, escribió su nombre en la historia del boxeo argentino con letras de oro: seis coronas mundiales en distintas categorías —supergallo (WBC), pluma (WBA y WBO), ligero (WBC), superligero (WPC) y superpluma (WPC)—, 33 victorias, apenas tres derrotas y dos empates. Una carrera que comenzó en 2005, cuando debutó noqueando a María del Carmen Potenza, y que llegó a su cúspide apenas un año después, con una victoria monumental en Tijuana ante Jackie Nava que la coronó campeona del mundo.
Dueña de un estilo aguerrido, protagonizó duelos memorables, como su derrota en el Luna Park frente a Marcela "La Tigresa" Acuña, el 4 de diciembre de 2008, en un combate que marcó una era en el boxeo femenino argentino. El reconocimiento le llegaría con títulos sucesivos, defensa tras defensa, victoria tras victoria, como cuando se coronó campeona mundial ligero al vencer a Lely Luz Flórez en 2013, y más tarde superpluma, en Cutral Co, en 2017.
Pero la "Locomotora" no fue solo una deportista: fue un fenómeno humano. En plena pandemia, se radicó en Santo Tomé, Santa Fe, y desde allí fundó el Team Locomotora, un grupo de ayuda social con el que recolectaba alimentos y brindaba apoyo a comedores comunitarios. Fue también entrenadora de jóvenes sin recursos, a quienes formaba en escuelas de boxeo que dirigía personalmente. Su trabajo con chicas y chicos vulnerables le valió un profundo respeto más allá del ring.
A su modo, también incursionó en política. En 2021 fue candidata a diputada nacional por el espacio de ultraderecha Unite Santa Fe. Unos años más tarde se la vinculó con la campaña presidencial de Patricia Bullrich y se mencionó su nombre como posible funcionaria en el área de Seguridad en eventos deportivos. Aunque su discurso era combativo, sus acciones estaban marcadas por un corazón generoso y una profunda identificación con las causas populares.
En 2018, reclamó lo que llamó "la pelea del siglo": igualdad para las mujeres en el boxeo. Exigía disputar 12 asaltos de 3 minutos, como los hombres, y no 10 rounds de 2 minutos. Fue una de las voces más firmes por la equidad de género dentro del deporte. Durante su vida, recorrió ciudades de todo el país dando charlas motivacionales, especialmente en barrios populares, donde hablaba del esfuerzo, de cómo el deporte puede cambiar una vida, de cómo la calle no es el único camino.
Su voz era potente, su energía inagotable. Hoy, esa voz se apagó, pero el eco de su lucha perdura. "Locomotora" fue una campeona del ring, sí. Pero también una guerrera de la vida. Una mujer que peleó por sus sueños, que no se dejó domar por los prejuicios, que levantó a otros con su ejemplo. Que, como toda locomotora, avanzó sin pedir permiso. Quedarán en la retina de todos sus videos motivacionales y su arrolladora energía. Que en paz descanse, campeona.