Las adicciones la mayoría de las veces suenan a sustancias ilegales, aunque ser adicto es algo que excede los alucinógenos o calmantes, al punto de que puede padecerse alrededor de actitudes y vivencias. Un ejemplo de esto es lo que relató el actor Guillermo Pfening sobre el suicidio de su madre, quien decidió terminar con su vida por los dolores que le habían generado las cirugías estéticas.
"Mi madre era una mujer muy bella que se volvió adicta a las cirugías estéticas y se terminó muriendo por eso", precisó el actor al aire de Mirá quién vino, el programa de Futurock. Pfening aclaró que la tragedia fue dos décadas atrás y que ella tenía cierto conocimiento de lo que hacía, aunque eso no impidió que se le vaya de las manos.
"Esto fue hace 20 años. No era que te ponías botox", señaló. "Mi mamá, que aparte era médica dermatóloga, se juntaba con sus amigas a inyectarse silicona líquida en la cara", confesó, en un relato que dejó boquiabiertos a los presentes. "Yo ya no aguantaba más. Tenía 26 años y me fui a vivir con ella para no internarla", recordó
A diferencia de otros casos como los que impulsó el falso cirujano plástico Aníbal Lotocki, a quien vinculan a la muerte de artistas como Silvina Luna y empresarios como Cristian Zárate, la mujer sabía que lo que hacía podía llegar a tener desenlaces complicados y no le importó. "En un momento se deformó la cara por los procedimientos, no se la bancó, tenía mucho dolor y se terminó suicidando a causa de eso. La encontré yo en casa", lamentó el actor.
No es la primera vez que Pfening habla del tema. En una entrevista previa se refirió a las razones que inspiraron la película Alice que está en preproducción y que cuenta con su guión y dirección, al igual que de Carolina Stegmayer. Allí relatará los duros momentos que derivaron en la muerte de su madre, quien será inmortalizada en la piel de Cecilia Roth. "Mi mamá ya no vive. Su historia me inspira para hablar de cómo se empuja desde tantos lados a lograr la belleza eterna. Al bótox recurrente. Y cómo las mujeres son víctimas. Hablar de cuando se pierde un límite", relató Pfening ante Clarín.
"Un día fui a visitar a mi mamá y me costó reconocerla. Y ahí empecé a comprender que eso se le había ido de las manos. Me interesa la idea de distorsión en cuanto a cómo uno se percibe. La cámara está muy puesta en la imagen, con lentes especiales, cerca, lejos. Hay mucho plástico. Plástico en los manteles, en todo", reveló el artista.