La capacidad de Martín Cirio para repetir como un loro el discurso libertario de Javier Milei no deja de sorprender. En su reciente apoyo a la reforma laboral propuesta por el presidente de las fuerzas del, el influencer dejó en claro que, más allá de su tono coloquial y sus "boludo" intercalados, su comprensión de la realidad laboral argentina es, como mínimo, superficial.
"Hasta ayudás a alguien y de repente te inventan un juicio laboral, boludo, qué terrible, qué terrible", decía Cirio desde su canal de Youtube. Estas declaraciones recuerdan al último día del Abogado Laboralista, que fue el escenario elegido por Milei para anunciar su cruzada contra la supuesta "industria del juicio".
Con estadísticas alarmistas y frases rimbombantes como "motosierra para los caranchos", el Jefe de Estado busca justificar medidas que limitan las indemnizaciones, sancionan abogados y reducen las garantías laborales. Todo esto mientras acusa a los jueces laborales de ser "militantes" al servicio del sindicalismo.
Muy en línea con Cirio, repitiendo punto por punto el libreto oficial: "Yo esto no sé si se aprobó, pero había mandado Milei algo como para terminar con la industria del juicio laboral que a mí me pareció perfecto", dijo sin siquiera tomarse el trabajo de verificar en qué estado estaba la reforma. Su desconocimiento es evidente.
Lo más preocupante es cómo Cirio reproduce una narrativa que invisibiliza las luchas de los trabajadores y pone el foco en los supuestos "abusos" del sistema judicial laboral: "Siempre va a tener razón el empleado -que puede decir cualquier cosa y que ante la duda va a tener razón- y en realidad no... tiene que haber pruebas para todo", afirmó con una liviandad pasmosa. ¿Pruebas? Las hay, pero lo que Milei y su séquito buscan es desequilibrar aún más la balanza a favor de los empleadores tal como sucedió en los contratos entre inquilinos y propietarios.
Martín parece desconectado de la realidad que viven millones de trabajadores argentinos: "Uno siempre piensa en el juicio laboral capaz en empresas grandes... pero el tema sucede un montón con PyMEs o con directamente el almacenero de la esquina", dijo, ignorando que muchas veces son justamente esas PyMEs las que incumplen derechos básicos.
En redes sociales, las críticas no tardaron en llegar: "La ignorancia de Martina es absoluta", comentaron algunos usuarios, mientras otros recordaron su pasado humilde en Parque Patricios: "Dios Martin, lo pelotudo que terminó siendo. Dice que 'no sabe en qué terminó ' ni tampoco tiene idea de la realidad laboral me sorprende de él que habiendo sido pobre de las torres de parque Patricios sea TAN GORILA (Lo gorila no es nuevo)" y cuestionaron cómo alguien con esa historia puede defender medidas que perjudican a quienes menos tienen.
Algunos usaron el tono irónico del mismísimo Martín para la crítica: "Faxa pero buena muxaxa jajaja" o "Crece la teoría de que la derecha le lavó la imagen de la noche a la mañana". En fin, no hizo más que ponerle voz al discurso oficialista sin detenerse a analizar sus implicancias. La industria del juicio laboral no es más que un término ideológico utilizado para justificar un ataque directo a los derechos adquiridos por los y las trabajadoras. Y mientras Javier Milei avanza con su motosierra, Martín Cirio aplaude.