Juana Viale logra que sus invitados abran su corazón hasta el punto de revelar anécdotas nunca antes conocidas. En ese marco, Lissa Vera, ex integrante de Bandana, confesó uno de los episodios más difíciles de su vida: contó que sufrió un intento de secuestro en 2003, cuando el grupo musical atravesaba su era de mayor esplendor.
La cantante visitó el programa Almorzando con Juana y relató cómo ese hecho marcó un antes y un después en su vida personal y familiar, además de influir en la decisión del grupo de alejarse de los escenarios.
Mientras muchos fanáticos creían que ser una superestrella era sinónimo de una vida llena de privilegios, la artista cargó con traumas que la acompañan hasta hoy: "Nos habían pasado muchas cosas personales a cada una. A mí me intentaron secuestrar en mi barrio y ahí llegó la realidad", recordó.
El intento de secuestro le mostró el lado B de la fama: "Fue en 2003 y empecé a ver la cara negativa de ser conocida. No era todo tan lindo: corría peligro yo, mis hermanas, mi mamá y mi papá. Fue muy fuerte para mí todo eso", afirmó Lissa.
Las consecuencias no sólo la afectaron a ella, sino también a su familia: "Mis padres se fueron del país con mis hermanos, dejaron la escuela y hubo un montón de consecuencias en mi vida. Le quemó la cabeza a mis hermanos", relató. El impacto emocional fue profundo, alterando la dinámica familiar y generando un clima de temor y desarraigo.
Hoy, mientras muchos seguidores anhelan el regreso de Bandana o cuestionan cuando alguna de sus integrantes se niega a revivir los éxitos del grupo, lo cierto es que para las cantantes aquella época está teñida de recuerdos de violencia, manipulación y un costado oscuro de la fama.
Al reflexionar sobre el costo de la exposición pública, Lissa fue contundente: "Intentás mezclar tu vida cotidiana con ese éxito y empezás a tener cortocircuitos porque la gente a tu alrededor te empieza a mirar distinto. Llega un momento en el que te dejás de ver, te desconocés". Reconoció que, si bien la popularidad ofrecía oportunidades, también implicaba riesgos, pérdida de privacidad y un deterioro de la salud mental y la identidad.
Finalmente, Lissa Vera recordó cómo tomaron la decisión de poner fin a la banda: "Fue decisión nuestra porque en un momento era muy grande la presión que teníamos". Bandana, que había alcanzado un éxito masivo a comienzos de los 2000, eligió priorizar el bienestar de sus integrantes ante el peso de los problemas personales que enfrentaban.