Luego de diez años sentada en la misma silla y al lado del mismo conductor, Yanina Latorre cerró una etapa clave de su carrera y se despidió de LAM, el programa que la convirtió en una de las panelistas más influyentes del espectáculo argentino. El adiós no fue uno más: estuvo cargado de emoción, recuerdos, homenajes familiares y una puesta televisiva que acompañó cada palabra y cada silencio.
La noche arrancó con números fuertes. Con un piso de 2,4 puntos de rating -heredados de su propio ciclo, Sálvese quien pueda- el programa preparó a la audiencia con información del espectáculo antes de darle paso a la protagonista. Yanina ingresó al estudio con un vestido rosa lleno de brillos, mientras en pantalla comenzaban a desfilar imágenes de su recorrido por el programa. A las 20.30, el rating ya marcaba 2,7 puntos, empatando con Bendita, que esa noche tuvo a Edith Hermida en la conducción.
Con el correr de los minutos, la despedida fue tomando temperatura emocional y también televisiva. Los recuerdos del Wandagate, las primicias, las peleas al aire y hasta la crisis familiar que atravesó por la infidelidad de Diego Latorre formaron parte del repaso. La sinceridad de Yanina empujó al ciclo por encima de los 3 puntos y, cerca del cierre, las palabras de Ángel de Brito llevaron al programa a un pico máximo de 3,3: LAM terminó con un promedio de 3,3 contra los 3,1 de Bendita.
Pero más allá de los números, el corazón del programa estuvo en los mensajes familiares. La primera en hablar fue Lola Latorre, quien destacó el crecimiento personal y profesional de su madre: "Te amo y te voy a acompañar siempre en todos tus proyectos. Cuando se cierra algo, se abren un montón de otras cosas". Yanina también reflexionó sobre cómo logró combinar su carrera con la crianza de sus hijos, recordando que cuando empezó en LAM, Dieguito era muy chico y Lola, adolescente.
El momento más emotivo llegó con la palabra de Diego Latorre: "La admiro porque veo cómo se informa, cómo indaga y cómo trabaja todos los días. Ojalá cada uno de nosotros le dedicara el 20% del tiempo que ella le dedica a su trabajo". Además, subrayó que Yanina no solo va a buscar las fuentes, sino que "las fuentes la buscan a ella", una frase que sintetizó su peso en los medios. Dieguito, el hijo menor, aportó un mensaje breve pero contundente: "Nada, que la amo y que sea feliz", mientras que Maite, hermana de Yanina, sumó una mirada íntima: "Es muy buena persona, muy buena hermana y llegó a un lugar increíble con muchísimo esfuerzo".
El cierre fue televisivamente perfecto. Tras el último corte, Ángel de Brito tomó la palabra, agradeció a la familia y a los amigos presentes y, mirándola a los ojos, le dijo: "Yani, gracias por todo". Yanina se levantó, lo abrazó en silencio y repitió entre lágrimas: "Gracias, gracias por todo. Nunca me voy a olvidar de nada". La respuesta del conductor selló la escena: "LAM es tu casa. Siempre podés volver". Con el estudio de pie, la imagen comenzó a virar lentamente al blanco y negro mientras sonaba "Arrancármelo", de Wos. Entre abrazos, aplausos y lágrimas, Yanina cerró un capítulo central de su carrera. "LAM es mi vida. Esto no es un trabajo, yo acá lo di todo", concluyó.