Audrey Tang se considera a sí misma una hacker cívica y anarquista conservadora, es la ministra de tecnología de Taiwán y una genio por su inteligencia. Posee un coeficiente intelectual de 180, un número que sólo alcanza el 0, 00002% de la población.
Imagináte que sólo el 14% de la población mundial tiene capacidades intelectuales altas. El puntaje promedio de CI de alguien inteligente es de 100 y, a partir de 130 de quienes tienen un CI de superdotado. De hecho, el coeficiente intelectual de Stephen Hawking es de 150, ¡30 puntos menos que Tang!
180 de coeficiente intelectual.
Tang es una hacker reconocida mundialmente por sus aportes a la cultura del software libre y tiene una biografía apasionante. Hija de exiliados políticos por participar en las protestas de Tiananmen contra el gobierno chino en 1989, Audrey, podía leer clásicos en distintas lenguas a los seis años, y a los ocho ya podía programar de forma autodidacta, con un libro y sin computadora. ¿Cómo? ¡Dibujaba las teclas en un papel para hacer los ejercicios!
Antes de ser mayor de edad ya había fundado su propia empresa y a los 19 años se trasladó a California, Estados Unidos, para ser consultora de Appel. Su padre le aseguró al diario Taipei Times, que desde muy pequeña había sido muy “sensible al dolor de los otros”, por eso no se asombró cuando dejó el mundo empresarial pata dedicarse al activismo.
A los 24 años decidió cambiarse de sexo y nombre, Audrey había nacido siendo hombre. Se considera post- género, una persona que va más allá de las convenciones sociales de sexo y géneros.
En 2014, cuando surgió la protesta del Movimiento Girasol, en la que estudiantes taiwanesas tomaron de manera pacífica la sede de la asamblea legislativa del país, Tang cumplió un papel fundamental llevando wifi a los manifestantes. La protesta logró cambiar radicalmente la política de Taiwán, por eso cuando el primer ministro Lin Chuan incorporó a Tang a su gobierno, no hubo asombro.
Tang es una luchadora acérrima por los derechos LGTBI y participó activamente en manifestaciones y asambleas ciudadanas. Asegura que a las personas no se las debe juzgar por su apariencia sino por sus valores y, desde su espacio de gobierno está revolucionando la política de su país.
A los 33 años, ahora tiene 35, había decidido dedicarse por completo a luchar por los derechos de la gente, y justificó hecho diciendo: “No fui a la universidad, trabajé 20 años y ahora me retiré. Visto así no es tan loco”.
Se jubiló a los 31.
Ahora, Tang es la primera persona transgénero, en la historia, en ocupar un puesto en el gobierno de Taiwán, la persona más joven en llegar a ser ministro y una revolucionaria digital. Basada en las ideas de transparencia y confianza que un gobierno debe proyectar, sabe que la cultura digital es la herramienta para lograrlo. Consiguió llegar a muchísimos jóvenes, algo que parecía imposible en un país con un brecha generacional muy fuerte.
Una genio revolucionaria.
Tang tiene en sus manos una misión ardua, hacer que el gobierno sea transparente y transformar a Taiwán en la Sillicon Valley asíatica a base de software libre y sin perder de vista la participación cívica y los derechos digitales de los ciudadanos. No hay dudas que estará a la altura de las expectativas.
Fuente: One, Diario El País.