El 30 de julio de 2014 Juan Alberto López Torales se tiró sobre el capot del auto de Christian Romero, una de las personas que protestaban por despidos de la empresa Lear, en Acceso Norte. Al mejor estilo de los futbolistas más hábiles en el cuestionable arte de la simulación, el gendarme rodó por el piso, como si el manifestante lo hubiera chocado.
La víctima lo contó así:
- Me apresto a poner primera marcha y arrancar el vehículo cuando, súbitamente, un gendarme de enormes proporciones directamente se arrojó sobre el vehículo Chevrolet que conducía. Se trató de López Torales. Con toda su humanidad se había tirado sobre el capot provocando una importante abolladura y con su codo golpeó fuertemente el parabrisas, haciendo estallar los cristales.
Ahora, la jueza Sandra Arroyo Salgado (ex esposa del fiscal Alberto Nisman) procesó al agresor por "falso testimonio" y "privación ilegal de la libertad agravada". Lo hizo sin prisión preventiva, pero con un embargo de medio millón de pesos.
El gendarme deberá responder por sus acciones.
El caso se hizo famoso como el del "gendarme carancho", por la película (Pablo Trapero, 2010) en donde se simulaban accidentes de tránsito para que los abogados iniciaran demandas.
Aquel día, Romero fue una doble víctima: los colegas de López lo sacaron del auto, lo tiraron al piso y lo arrastraron por el pavimento, hasta esposarlo con las manos en la espalda.
Romero pasó un pésimo momento.
Después de los ataques, inició una demanda civil por los “daños y perjuicios” que le causó el tristemente célebre “gendarme carancho”.