Luego de dos semanas de audiencias, este lunes el tribunal conformado por los jueces Fernando De Viana, Gustavo Miranda Folch y Hugo Saá Petrino condenó a 18 años de prisión a Carina Di Marco, mamá de Florencia Di Marco, la niña de 12 años que fue abusada y asesinada por su padrastro en el año 2017 en la provincia de San Luis.
El fiscal de la Cámara Penal 2, Fernando Rodríguez, consideró en sus alegatos que la acusada debía ser condenada por el delito de “abuso sexual con acceso carnal agravado por aprovechamiento de convivencia preexistente en calidad de partícipe necesario”, por lo que pidió una pena de 18 años y medio de prisión.
"La imputada sabía y vio sábanas con sangre en su casa, y no hizo nada para evitarlo, acá en este juicio escuchamos a todos, lástima que no pudimos escuchar a Florencia con el fatal desenlace", dijo esta mañana Rodríguez.
Por su parte, la defensa de la acusada sostuvo que la mujer de 35 años desconocía los abusos que sufría la nena, aunque sí aceptó que su defendida sufría de violencia de género hacía tiempo. “Si hubiera notado algo, mi hija estaría acá y no en un cajón”, sostuvo al principio del juicio Di Marco.
El proceso contra Carina Di Marco comenzó el 8 de abril, y durante dos semanas la fiscalía intento demostrar que la sospechosa estaba en conocimiento de los abusos que sufría su hija de parte de Lucas Gómez, quien era su pareja y quien se suicidó en la celda en la que estaba detenido por el crimen. El sospechoso se encontraba alojado en la cárcel Pampa de las Salinas, y dos meses después de haber sido apresado, se suicidó.
Durante la investigación se determinó que la víctima sufría abusos desde hacía tiempo, por lo que Di Marco fue procesada y ahora condenada por haber estado al tanto de los ataques sexuales y no haber hecho nada para ayudar a su hija.
Además, tanto el fiscal como la abogada defensora remarcaron la responsabilidad que pesa sobre las maestras de la escuela donde Florencia Di marco cursaba sus estudios en la ciudad de Mendoza, antes de radicarse en San Luis, quienes, según ambos profesionales, no cumplieron con el protocolo de rigor, ya que no denunciaron que la nena había contado en la escuela que su papá la tocaba.
El caso
La niña fue vista con vida por última vez el 22 de marzo de 2017, cuando quedó a cargo de su padrastro porque su mamá estaba internada a punto de dar a luz. En medio de esa situación, Gómez denunció la desaparición de la nena y le dijo a la Policía que la había dejado en la puerta de la escuela y que cuando fue a retirarla al mediodía no la encontró.
Un día después, el cuerpo de la niña apareció debajo de un puente en la localidad de Saladillo, donde había sido arrojada al vacío, boca abajo y semidesnuda, tras ser violada y estrangulada con un lazo.