La escena ocurrió a primera hora. En una casa de Nordelta, la irrupción policial quebró el silencio del barrio cerrado. Apenas unos minutos después, otro grupo de efectivos allanaba una propiedad en Beccar. La orden era clara: detener al abogado Nicolás Agustín Payarola Hernayes. No era un operativo más. Era el final de una investigación que, según fuentes judiciales, lo sitúa en el centro de una trama de estafas, lavado de dinero y administración fraudulenta que salpica tanto a nombres mediáticos como a familias del mundo del fútbol. "Los procedimientos fueron autorizados por el Fiscal Cosme Iribarren, de la UFI de Benavidez, y llevados a cabo este jueves", detallaron fuentes del caso, las cuales confirmaron que los allanamientos concluyeron con la detención del abogado, conocido por haber representado a Wanda Nara.
Según informaron, fueron secuestrados además "documentación, dispositivos de almacenamiento digital y celulares". La lista de denunciantes ya anticipaba el terremoto: María Ximena Braña, Juan Marcelo Montiel -el padre del futbolista campeón del mundo-, Macarena Posee, Silvana de Leonardis, Débora Grecco y Norma Graciela Vignoni. Todos coincidían en lo mismo: confiaron en Payarola, y él habría usado esa confianza para vaciar bolsillos y borrar rastros. La causa, caratulada como "estafa, defraudación por administración fraudulenta y lavado de activos de origen delictivo", crece día a día. El fiscal Iribarren investiga once hechos de estafa a sus propios clientes. En paralelo, la Justicia porteña ya lo había procesado en junio por engañar a Gonzalo "Cachete" Montiel, con un embargo monumental de 810 millones de pesos.
Si hubo un vínculo que Payarola explotó al límite, fue el que mantuvo con la familia Montiel. El propio padre del futbolista denunció que el abogado le robó US$700.000, fondos que el jugador había confiado para invertir en un proyecto inmobiliario que jamás existió. El expediente detalla el mecanismo: la conformación de una sociedad ficticia -M&A Desarrollos-, entregas de dinero en mano, transferencias sin respaldo, supuestas inversiones en dólar MEP y documentos falsificados. Todo bajo una misma premisa: Payarola pedía que el dinero se entregara "en resguardo", prometiendo que luego lo destinaría a operaciones inmobiliarias. Nada ocurrió.
Solo en julio de 2023, el padre del futbolista le entregó 200.000 dólares para una supuesta 'carta oferta' de compra de un campo. El vendedor declaró que jamás vio ese dinero. Antes, ya había recibido 47.000 dólares como "capital inicial", 160.000 dólares para supuestas operaciones financieras y otros 137.000 provenientes de premios otorgados por la AFA tras el Mundial. A eso se sumaron 150.000 dólares entregados en mano a una empleada del estudio jurídico del abogado.
La maniobra era tan burda como calculada: certificaciones falsas, declaraciones juradas inventadas, extracciones de cuentas del jugador y una transferencia de 140.000 dólares a una firma sin relación evidente con el supuesto proyecto. Cuando la familia empezó a exigir explicaciones, Payarola devolvió apenas 148.800 dólares en tres pagos y pidió que firmaran acuerdos para enmarcar todo como "incumplimientos contractuales". El juez Bignone fue contundente: "Excede un mero conflicto contractual".
La detención del letrado expuso un patrón: Payarola usaba su perfil mediático y sus supuestos vínculos con figuras del espectáculo para ganarse la confianza de quienes luego, según la Justicia, serían sus víctimas. Incluso el entorno de Wanda Nara asegura que el abogado intentó manipular sus decisiones financieras. Según contó Yanina Latorre meses atrás, "el entorno cercano está convencido de que lo que buscó Payarola, todo el tiempo, es representarla". La conductora agregó que habría influido en conflictos familiares y que la habría convencido de poner una casa a nombre de un amigo suyo, mediante un fideicomiso.
De acuerdo con Yanina, "el día que Wanda estaba por cerrar la casa, él la convenció de que, como era mucho dinero y no estaba divorciada, le convenía ponerlo en un fideicomiso a nombre de su mejor amigo". Lo que para sus allegados era preocupación, para la Justicia ahora es evidencia: un patrón en el que Payarola tomaba control de decisiones patrimoniales para luego operar con absoluta libertad. Pagos irregulares, operaciones fantasma, clientes engañados, documentación secuestrada, allanamientos simultáneos. La caída del abogado que paseaba por sets de TV terminó siendo tan ruidosa como su ascenso.