Carlos Eduardo Autalán, también conocido como "Charly", era carnicero, fisicoculturista, fan del programa "MasterChef" y taxi boy. Ayer fue condenado a prisión perpetua por dos crímenes, ambos con el mismo tipo de víctima, ambos con el mismo modus operandi. Autalán se hizo taxi boy para contactar homosexuales. Ofrecía sus servicios sexuales a través de la Web y cobraba 500 pesos, que en 2015, cuando fue capturado, eran bastante más dinero que ahora. De este modo logró conocer al docente José Domingo Di Pietro, de 52 años, y al estudiante Sebastián Acosta, de 25. La Justicia consideró probado que asesinó a ambos del mismo modo: el 27 de agosto de 2015 asfixió a Acosta con una almohada; el 5 de octubre del mismo año hizo lo propio con Di Pietro.
Durante el juicio, Autalán reconoció el crimen de Di Pietro, pero negó el de Acosta. La Justicia consideró probados ambos, y consideró que la homofobia era un agravante para el delito cometido: lo condenó homicidio doblemente calificado por la orientación sexual de las víctimas y críminis causa”.
La codicia delató a Autalán: se robó el celular de Acosta, le cambió el chip y lo activó. Así fue como la compañía telefónica detectó el aparato denunciado y dio aviso a la policía. Si no hubiera dejado semejante pista, tal vez hubiera seguido cometiendo crímenes de odio.
En el momento en que Autalán cometió sus crímenes, todavía ejercía la presidencia Cristina Fernández de Kirchner. Autalán era un furioso AntiK y reclamaba las penas más duras para quienes cometían delitos. Una vez, desde su muro de Facebook, se quejó del régimen penal de los violadores y asesinos.
Afecto a los buenos platos, a la buena mesa, y por qué no decirlo, a la exhibición de sí mismo, Autalán tenía dos pasiones que por momentos parecen contrapuestas: la comida y el deporte.
Por eso subía alternativamente a su muro fotos de los manjares que preparaba y de la evolución de su físico.