La tranquilidad de una tarde marplatense se rompió en mil pedazos este miércoles, cuando un hombre armado con un cuchillo ingresó intempestivamente a la Catedral de Mar del Plata y amenazó de muerte a los fieles que participaban de una misa. El hecho, cargado de dramatismo y tensión, ocurrió cerca de las 18 horas en la Basílica de los Santos Pedro y Cecilia, ubicada sobre la calle Bartolomé Mitre al 1700, a metros del centro neurálgico de la ciudad.
El agresor, un hombre de 36 años, entró gritando, fuera de sí, y extrajo un arma blanca con intenciones de sembrar el caos. Quienes estaban allí -ancianos, familias, turistas y feligreses habituales- vivieron momentos de pánico absoluto, en un espacio que, hasta ese instante, representaba un refugio de fe y silencio. Algunos testigos declararon que el individuo parecía alterado y tenía como único objetivo interrumpir violentamente la ceremonia religiosa.
La situación fue tan extrema que muchos corrieron, otros se escondieron tras los bancos y algunos se arrodillaron para rezar, convencidos de que algo peor podía pasar. En medio del terror, alguien logró realizar un llamado al 911, lo que permitió activar rápidamente el protocolo de emergencia. De manera inesperada, el atacante abandonó el templo y huyó por la avenida Pedro Luro, creyendo que podría escapar impune. Pero no llegó lejos: un escuadrón ciclista de la Policía Bonaerense lo interceptó a apenas cuatro cuadras del lugar. Fue reducido y detenido. En su poder, los agentes encontraron el cuchillo con el que había intimidado a los presentes.
La identidad del detenido no fue revelada oficialmente, pero posee un frondoso prontuario, con antecedentes por tentativa de robo, hurto agravado por escalamiento, tentativa de hurto y varios robos agravados. La fiscal María Isabel Sánchez, titular de la UFI de Flagrancia, intervino de inmediato en el caso y lo imputó por "amenazas agravadas por el uso de arma blanca". Luego ordenó su traslado a la Unidad Penal N°44 de Batán, donde permanece detenido. Desde la diócesis local aún no emitieron un comunicado oficial, pero fuentes cercanas al templo aseguraron que la misa fue suspendida y muchos fieles abandonaron el lugar con lágrimas en los ojos.