Poniendo estaba la gansa
27 Junio de 2025 11:58
El Gobierno nacional decretó un aumento en las retenciones agrarias para la soja, el maíz, el sorgo y el girasol desde el 1° de julio, mientras que a su vez prorrogó la baja de las alícuotas del trigo y la cebada. Se estima que el presidente Javier Milei participará de la ceremonia de inauguración de la exposición de la Sociedad Rural Argentina (SRA) el 17 de julio, aunque todavía no existe una confirmación oficial al respecto.
Este viernes por la mañana se publicó el decreto 439/2025 en el Boletín Oficial. Allí se establece que las alícuotas de la soja irán del 26% al 33%, las del maíz y el sorgo del 9,5% al 12% y la del girasol pasará del 5,5% al 7%, en una vuelta a su tarifa original tras cinco meses de una rebaja de un punto y medio. El 9,5% del trigo y la cebada se mantendrá así hasta el 31 de marzo de 2026.
La disposición presidencial, que lleva la firma del ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, también impone un requisito determinante: habrá que liquidar por lo menos el 90% de las divisas en los primeros 30 días hábiles desde la Declaración Jurada de Venta al Exterior (DJVE) que corresponda. La decisión de extender las alícuotas del trigo y la cebada corresponde a que la cosecha de ambos cultivos todavía no se concretó y desde la gestión nacional buscan "garantizar la eficacia en su exportación", y no perjudicarla con un aumento que podría ser más contraproducente que oportuno.
El incremento ya se había avisado con meses de anticipación y eso motivó a que en las últimas semanas crecieran de forma considerable las DJVE, al punto de que en las últimas dos semanas generaron un ingreso de 5.000 millones de dólares. Es que desde el 27 de enero que comenzó la rebaja temporal que termina este 1° de julio, se registraron operaciones de 17,9 millones de toneladas de maíz y un 26,1 millones de toneladas de porotos, aceites y subproductos de soja.
La casta también era el campo
Desde las organizaciones agrarias protestaron y se mostraron críticas con la decisión de incrementar los gravámenes contra el "motor productivo" de la Argentina. En ese sentido, la SRA cuestionó el golpe al bolsillo que le pegaron a los productores y a su entorno. "La presión fiscal asfixiante, inequitativa e injusta no solo ha golpeado a las empresas agropecuarias: el daño también alcanza a las regiones, pueblos y provincias donde la cadena agroindustrial define el desarrollo, el empleo y la calidad de vida de quienes apostamos por el interior del país", cuestionaron en un comunicado. "Ha llegado la hora del campo. La hora del interior del interior", advirtieron allí.
Las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) también se quejaron contra la medida, por llegar "en un contexto productivo extremadamente adverso", que genera efectos regresivos para el sector y que no es una herramienta que mejore la recaudación del campo en general en ninguna de sus verticales. Aunque también reafirmaron su disposición "al diálogo serio y constructivo entre el sector público y privado, para encontrar soluciones que garanticen previsibilidad, alienten la inversión y aseguren el crecimiento de un sector clave para el futuro del país".
"Las retenciones están provocando consecuencias regresivas para toda la cadena de valor agroindustrial, entre las que destacamos: desincentivo a la inversión en tecnología, infraestructura y mejoras productivas; reducción de los niveles de producción y competitividad, que dejaría a algunos productores fuera de su actividad; pérdida de empleos directos e indirectos, especialmente en el interior del país, y caída en la recaudación fiscal por la menor actividad económica del sector", denunciaron.
Coninagro también se plantó contra los incrementos en las retenciones, que generan "suma preocupación y desigualdad en todo el campo". "La medida fue tomada en el medio de procesos productivos y muchos de ellos se encuentran inconclusos al 30 de junio próximo", cuestionaron. "Quienes formamos parte del campo solo deseamos tener la libertad y rentabilidad necesaria para llevar adelante nuestros procesos productivos. Para eso solo necesitamos la certeza de poder tener reglas lo suficientemente claras y duraderas, para lograr la previsibilidad que requerimos como productores agropecuarios", exigieron.
