Como una de las primeras tareas protocolares de su visita oficial a España, Mauricio Macri estampó su firma en el libro de visitas del Palacio de El Pardo, una de las residencias de la familia real española, destinada a alojar a los jefes de estado que visitan el país.
Macri firmando el libro de visitas del Palacio de El Prado.
Tal finalidad le fue impartida en 1983, seis años después de la muerte de quien fue uno de sus principales habitantes: Francisco Franco. El dictador español tomó el edificio como su residencia oficial desde 1939.
Francisco Franco en su despacho del palacio de El Pardo.
Más de seis siglos de historia
La historia del palacio, sin embargo, se remonta a siglos atrás. La etapa inicial de la construcción fue ordenada en 1405 por el rey Enrique III de Castilla, y luego se fue ampliando progresivamente de la mano de otros monarcas. En 1604, mientras tanto, tuvo que ser reconstruido en parte luego de un incendio.
Tras la muerte de Franco, El Pardo fue sometido a extensas reformas apuntando a convertirlo en residencia para jefes de estado extranjeros.
La primera etapa de la construcción del palacio data del siglo XV.
Entre otros arreglos, se modernizó el sistema eléctrico y de detección de incendios y se ampliaron las cocinas (que actualmente pueden atender comidas para 400 personas). Entre sus instalaciones, también cuenta con un pequeño teatro.
El patio interno de El Pardo.
Arte y muebles finos
El Pardo, que también funciona como museo, es sin embargo cerrado al acceso público en los momentos donde sirve como alojamiento a mandatarios de otros países.
El palacio incluye una fastuosa colección de muebles.
Entre sus tesoros artísticos se cuentan frescos de Gaspar Becerra, realizados durante el reinado de Felipe II en el siglo XVI, y una colección de tapices que incluye cinco series de Francisco de Goya.
Tapices y pinturas adornan todos los rincones.
Además, el palacio posee una gran cantidad de valiosas piezas de mobiliario de estilo Imperio construidas en los siglos XVIII y XIX.
El despacho que Franco utilizó durante sus épocas en El Pardo.
Como dato curioso, todas las salas de El Pardo poseen al menos un reloj, puesto en hora y mantenido por el relojero de la Casa Real española en persona.