La reciente elección porteña consolidó un pálpito que las encuestas mostraban y que se veía en los nervios con los que se movieron sus candidatos y principal referente político, Mauricio Macri. El PRO, el partido que gestionó la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) de forma ininterrumpida desde 2007, sufrió su primera y contundente derrota electoral y quedó dañado de tal manera que podría significar su final definitivo, con una traslación evidente de sus votos detrás de La Libertad Avanza (LLA) de Javier Milei.
"No se rindan, porque yo tampoco me voy a rendir". Así se despidió Silvia Lospennato de su militancia, tras dar la cara en el búnker de una derrota contra el kirchnerismo y los libertarios, en la cual cosechó algo menos de un 16%, con el agravante de ser la gestión en un contexto nacional en el cual los oficialismos fueron favorecidos. El golpe es durísimo y total. Y está acompañado por los más de ocho puntos que metió Horacio Rodríguez Larreta, otra figura que representa el fracaso político de la gestión porteña.
La elección de CABA estaba destinada a ser la última del escenario que Cristina Fernández de Kirchner supo describir en 2023 como de "tres tercios". Esta dinámica no se representó en casi ninguna otra provincia del país. Y para lograrlo en la Capital Federal hay que sumar los votos de Lospennato y el ex jefe de Gobierno. Esto es clave para lo que viene. El fortalecimiento de LLA aumentará la fuerza de atracción que desde hace dos años se llevó a Patricia Bullrich y a toda otra camada de dirigentes.
La lógica del PRO nunca fue la de un partido ideológico, con formación de cuadros, teorías complejas y debates filosóficos. La pata en la que se apoyaron siempre fue la gestión de la ciudad más importante del país, la que cuenta con un presupuesto inédito en relación a otros distritos, y una caja para poder planificar maravillas como la línea de subte F. Sin esta, la finalidad del PRO no tiene sentido. Después de una derrota así, ¿en qué relación de condiciones se podría plantar para encabezar un frente con los liberales en 2027? Hoy parece imposible, ante tantos amarillos que abandonan el barco.
El resto, los "principistas" que jamás se irían con LLA, tendrán otro polo de atracción en la figura de Larreta. La elección del ex jefe de Gobierno es la demostración perfecta de la impericia del PRO ante el proyecto liberal. Si esta derrota se dio hoy, fue porque en su momento el macrismo le dio gobernabilidad, votos en el ballotage y acompañamiento en todas las discusiones clave que tuvo la gestión libertaria. Y además se permitió perder en una interna a la figura del casi presidenciable pelado. El monstruo que hoy engendra Milei, fue amamantado por el apoyo de Macri.
Por otro lado, la historia del PRO se podría dividir en dos con un criterio muy claro: los años en los que escuchaba a Jaime Durán Barba y los años en los que no le prestaba atención a sus caracterizaciones. Es que el asesor ecuatoriano advirtió sobre este escenario en 2024, cuando alertó sobre la encrucijada en la que estaba en la cual si a LLA le iba bien iba a ser fagocitado, y si le iba mal, iba a quedar pegado al fracaso liberal.
Hace pocas semanas fue más allá. Aseguró que creía que Macri había pasado de moda y señaló como un error el desmantelamiento de la coalición que el PRO había armado alrededor de Cambiemos. "El gran problema del PRO en los últimos cuatro años es que no encontró su lugar en el espacio político. Porque si lo que quiere es ser un mileista despreciado por Karina (Milei), es poco atractivo votar por usted. El PRO tuvo mucho sentido cuando fue republicano. Un partido debe tener un espacio propio, y lo perdió", analizó.
La derrota y que haya tenido a la figura de Lospennato como única vocera, fue otra imagen durísima. Antes había hablado María Eugenia Vidal, pero los resultados todavía debían confirmarse. "Quisimos venir acá, hablar con todos ustedes, hacer lo que corresponde hacer", reconoció una envalentonada candidata, quien además "sufrió" el apoyo de Macri durante su campaña.
"Fue una campaña muy difícil, llena de agresiones, de insultos, de noticias falsas. Una campaña que cruzó todos los límites. Y eso no es un chiste. Eso es algo de lo que toda la dirigencia política, pero sobre todo todos los ciudadanos, tenemos que tomar nota. Porque no le hace bien a nuestro país que la discusión política se transforme en una discusión sin reglas de la democracia", lamentó Lospennato.
En su discurso insistió con que el PRO "se trata de un proyecto político que nació para representar un cambio con equilibrio", casi como si no hubiera entendido el mensaje de las urnas que eligió a LLA para enfrentar al kirchnerismo, probablemente cansado tras la experiencia nacional de 2015-2019.
"Queremos un cambio con respeto, sin insultos, queremos un cambio sin crueldad, queremos un cambio donde no haya nadie descartable. Queremos un cambio con renovación, genuino, auténtico, sin especulaciones". sostuvo Lospennato. Las preguntas son dos: ¿el PRO encabeza esa idea? Y, ¿ese es el cambio que busca el electorado?. No hay incógnitas. Sólo resultados.