Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires (PBA) rompió el silencio tras el triunfo de las elecciones legislativas del 26 de octubre donde La Libertad Avanza cosechó varias bancas en el Congreso que ahora tiene más apoyo para sostener el plan de gobernabilidad libertaria.
En la jornada del jueves 30 de octubre, el Ejecutivo mandó a llamar a algunos jefes de gobierno de las provincias y, como era de esperarse, a Kicillof no le sonó el teléfono: "Algunos gobernadores de nuestro país estaban invitados pero se ve que el Gobierno está construyendo la fotos que le pidieron Trump, Bessent y Bennet".
Kicillof explicó que desde su punto de vista, Milei "comete un error al no invitar algunos gobernadores" aunque durante el discurso del domingo electoral dijo que trabajaría para llegar a acuerdos. En esta línea expresó que a él no le pueden "achacar ni insultos, ni maltratos" y claro que reflexionó sobre dónde está parado con el peronismo desde la provincia de Buenos Aires: "Vengo a ser yo y otros gobernadores los que representamos casi la mitad del país, entonces si van a hablar de temas laborales, de temas fiscales, hay que decir que representamos el 40% de la recaudación entre empresarios y trabajadores" y en cuanto a la fuerza del trabajo, Axel explicó orgulloso que "el 50% de la industria" corresponde a PBA.
El gobernador bonaerense resaltó la voluntad política de diálogo y recordó que cuando ganó las elecciones en la provincia también había llamado a trabajar en conjunto: "Hubiera ido por una cuestión institucional y que no estemos de acuerdo y que no podamos sentarnos a discutir, habla de las limitaciones que tiene (Milei)".
"Han tomado decisiones ilegales para toda la provincia y para varias provincias a las que les han quitado fondos que estaban asignados por ley y que han incumplido. Todos los gobernadores fuimos a la Corte Suprema y hay muchos pendientes", dijo Kicillof sobre los recortes en la coparticipación y explicó que la mismísima Corte falló a favor de las provincias.
Sobre la no-invitación a Casa Rosada para la ya famosa reunión con gobernadores donde se llevaría adelante también un procedimiento para empezar a llevar adelante el Pacto de Mayo, Kicillof reflexiona que fue Trump quien le pidió una reunión con gobernadores dialoguistas más no con peronistas como él. En esta línea explicó que "no puede funcionar ni esta provincia, ni ninguna otra sin un gobierno nacional que se haga cargo de responsabilidades", lo que tildó como "desprecio al federalismo y a la división de poderes".
Claro que Axel analizó la intromisión del gobierno estadounidense en Argentina y recordó que el momento cúlmine fue con Braden o Perón aunque definió este contexto como "inédito". En esta línea, dijo: "Trump salvó al gobierno de Milei cuando le faltaban dos días para quedarse sin reservas; fue un salvataje desesperado, estaban muy complicados porque venían interviniendo muy fuerte en el dólar y el mercado no se tranquilizaba. Aparece Bessent aportando dólares -primera vez en la historia argentina- y comprando pesos que evidentemente tampoco generó tranquilidad en el mercado pero quedó claro que Trump asistió"; en este sentido explicó que fue una "amenaza y una extorsión muy fuerte para el voto".
Después de este análisis, completó: "Esta es una elección que se da en una situación económica muy crítica con el precio de los alquileres, los medicamentos, de los servicios que Milei morigeró de cara a las elecciones así que hay que ver qué pasa con las tarifas. Mi conclusión es que vino Trump y realizó una amenaza; esto le sirvió a Milei para movilizar un voto".
Una discusión que también se planteó es qué tipo de peronismo se quiere construir tras el estallido de una especie de interna entre el "axelismo duro" y los dirigentes y dirigentas de La Cámpora que responden a Cristina Fernández de Kirchner (CFK). Sobre esto, Kicillof respondió: "La patria está en peligro y la actitud tiene que ser constructiva. Tenemos que reconstruir una alternativa que evidentemente hoy no nos están buscando a nosotros (...) no tenemos derecho a bajar los brazos. Además, contestó la pregunta del millón: qué sintió cuando vio a CFK bailar en el balcón. Sobre esto, fue contundente y explicó que durante sucedía eso mientras analizaba con su equipo qué decir tras la derrota libertaria y que no prestó atención a ese gesto cristinista.
Sobre el destino del peronismo en este contexto, Axel confesó que su postura es "ampliar y hay que hablarle a más gente", dijo y completó: "Después vertemos cuál es la expresión política porque para eso sí falta mucho tiempo pero no podemos dejar es que este resultado lleve a más soberbia de Milei, porque lo salvó Trump y queremos saber qué condiciones impone".
Kicillof hizo una reflexión interesante sobre cómo está la realidad política en este momento con el gobierno estadounidense al mando: "Acá el problema no es Milei; atrás de Milei hay intereses muy poderosos que lo apoyaron en la campaña como el presidente de Estados Unidos que aparece explícitamente; esto ordenó a la derecha y el tema es que nos ordenemos nosotros también. Por eso hay que construir una alternativa".
"Milei hace rato que viene tratando de polemizar y tener una contrafigura", dijo Axel sobre los dos años que le quedan y describió cómo ve el resto de lo que queda de su gestión: "Estos dos años vamos a tener varias dificultades pero la principal tiene que ver con el desastre económico que se empieza a manifestar; vamos a pasar de una crisis a una emergencia y sobre esto, Milei se desentiende".
Además, Axel Kicillof explicó que la segunda complicación es el de las partidas presupuestarias que se ven complicadas por la motosierra de Javier Milei y, como tercera complicación es el armado político con un gobierno completamente intervenido por Estados Unidos.