Argentina tuvo un antes y un después del 3 de junio de 2015. Cientos de miles de mujeres salieron a ocupar las calles a lo largo y a lo ancho del país con una consigna clara: ni una mujer menos asesinada por violencia machista. En un grito de unidad para visibilizar el brutal feminicidio de Chiara Páez en la provincia de Santa Fe y que fue el punto de partida para iniciar un camino que hasta el día de hoy no termina: luchar por políticas de género que igualen las oportunidades entre hombres, mujeres y disidencias para asegurar una sociedad más equitativa y con menos violencia por razones de género.
Habían pasado sólo dos años desde aquel 2012 cuando el movimiento feminista consiguió reformar el artículo 80 del Código Penal de la Ley 26.791para incorporar una palabra nueva: femicidio. Es a través de esta denominación que los crímenes por razones de género pasaron a tener un nombre y condenas específicas para los casos de extrema violencia machista.

A falta de cifras confeccionadas por el Estado sobre la cantidad de mujeres y disidencias que fueron asesinadas por esos motivos, varias organizaciones feministas como el Observatorio Ahora que sí nos Ven, empezaron a recopilar datos que salían publicados en medios de comunicación y redes sociales de manera de tener un registro organizado por año y por mes.
Es por estos datos que se sabe que desde aquel 3 de junio de 2015 al 3 de junio de 2052 hay 2827 femicidios en Argentina. La cifra, que parece ser un frío número, es en realidad la contabilización de cientos de miles de familias destruidas, sueños truncados y vidas arrebatadas sólo por el hecho de ser mujer o bien por tener una identidad feminizada.
La realidad es que en el país una mujer muere en manos de la violencia machista cada 31 horas y si bien durante 2019 hubo un hito histórico que fue la creación del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, sólo duró cuatro años porque con la llegada del gobierno ultraderechista de Javier Milei tanto esa institución con decenas de otras que jalonaban la vida de mujeres y disidencias, fueron completamente destruidas.
Además de desaparecer esas instituciones, el Jefe de Estado Milei azuza las masas de la derecha con discursos de odio tal como el que pronunció en Davos donde vinculó a las identidades LGBT+ con la pedofilia. Esto trajo aparejado una ola de violencia en las calles que trajo consigo ataques como el triple lesbicidio de Barracas.
"Negar las desigualdades de género no sólo las perpetúa, sino que las agrava. Las declaraciones estigmatizantes del presidente, sumadas a los discursos de odio que emanan desde el Poder Ejecutivo, legitiman violencias como el brutal crimen lesboodiante ocurrido en Barracas en mayo de 2024, y el crecimiento de los crímenes de odio en todo el país", expresan desde el Observatorio y publican algunos datos que dan cuenta de la problemática de la violencia de género en Argentina:
- De los 2827 femicidios en Argentina en 10 años, 2543 fueron femicidios directos contra mujeres (cis y lesbianas); 284 fueron femicidios vinculados de mujeres y varones. En estos 10 años hubo 1 femicidio cada 31 horas.
- Además de los 2827 femicidios y femicidios vinculados se agregan 41 casos de transfemicidios y travesticidios desde el 1 de enero del 2020 hasta y el 25 de mayo del corriente año, fechas en las que se empezó a registrar este tipo de casos.
- Otro dato escabroso es que se incorporó en los último años la categoría de "instigación al suicidio" en la que se encuentran al menos 5 casos de mujeres, travestis y personas trans que se quitaron la vida tras haber atravesado situaciones de violencia por motivos de género.
- En el 85 % de los casos, las víctimas de femicidios conocían a su agresor: eran sus parejas, familiares o conocidos cercanos. Mientras que en el 64% de los casos las muertes se dieron en el lugar donde vivían las víctimas. Los femicidios parecen estar en el lecho familiar.
- En cuanto a las cifras de agresores que pertenecieron a las fuerzas policiales o militares, en estos 10 años se registraron 72 policías y 9 militares que asesinaron a mujeres por motivos de género.
Mientras tanto, el gobierno de La Libertad Avanza cercenó programas de género que ayudaban a mejorar la vida de las mujeres y disidencias en Argentina. Aquí una lista de los principales programas y para qué servían.
1. Apoyo urgente ante violencias extremas. Este programa proporcionaba asistencia inmediata a personas que enfrentan violencias extremas por motivos de género. Ofrecía apoyo económico, psicológico y legal, además de facilitar traslados y asesorar sobre la reparación estipulada en la Ley N° 27.452.
2. Fortalecimiento de derechos para personas trans. Enfocado en travestis, transexuales y transgénero, este programa aseguraba el respeto a su identidad y expresión de género, garantizando acceso a salud, empleo, educación, vivienda y trámites registrales.
3. Escuelas populares en género y diversidad. Fomentaba proyectos de formación en género y diversidad, brindando apoyo económico y técnico a iniciativas desarrolladas por organizaciones sociales y culturales en todo el país.
4. Capacitación en perspectiva de género para el sector privado. "Formar Igualdad" promovía la capacitación en género y diversidad dentro del sector privado, desde un enfoque de derechos humanos y sustentabilidad, para impulsar la igualdad y prevenir violencias en el ámbito laboral.
5. Participación social en género y diversidad. Este programa buscaba fortalecer la participación de organizaciones sociales y civiles en actividades que promuevan los derechos de las mujeres y LGBTI+, declaradas de interés por su relevancia social.
6. Registro de promotoras y promotores territoriales. Capacitadas para prevenir la violencia de género, estas personas actuaban como referentes comunitarios, apoyando a quienes enfrentan situaciones de vulneración de derechos.
7. Fortalecimiento de organizaciones sociales. "Articular" buscaba apoyar a organizaciones sociales en proyectos comunitarios relacionados con violencias de género y promoción de la diversidad, consolidando redes entre el Estado y estas organizaciones.
8. GenerAR: fortalecimiento institucional. Este programa buscaba consolidar políticas públicas de género y diversidad en provincias y municipios, asegurando la transversalización de estas perspectivas a nivel nacional.
9. Protección integral en contextos de violencia. Fortalecía hogares y refugios mediante transferencias económicas equivalentes a hasta 70 Salarios Mínimos Vitales y Móviles (SMVM), asegurando protección integral para personas en contextos de violencia.
10. Igualdad en el trabajo, empleo y producción. Un programa integral que diseñaba políticas públicas para promover mayores estándares de igualdad en el ámbito laboral y productivo.
11. Producir: proyectos productivos inclusivos. Apoyaba proyectos productivos liderados por mujeres y LGBTI+ que han enfrentado violencia de género, fortaleciendo iniciativas comunitarias a nivel nacional.
12. Sembrar Igualdad en el desarrollo rural. Parte del Plan Nacional de Igualdad 2021-2023, buscaba garantizar el desarrollo pleno de mujeres y LGBTI+ en áreas rurales, abordando desigualdades en el acceso a recursos económicos y culturales.
13. MenstruAR. acceso igualitario a insumos menstruales. Distribuía copas menstruales a municipios para garantizar el acceso igualitario a productos menstruales sostenibles; además ofrecía capacitaciones sobre educación sexual comunitaria