03 Junio de 2025 13:40

Tras semanas de especulaciones, Cristina Fernández de Kirchner confirmó su candidatura como diputada provincial por la Tercera Sección electoral bonaerense en los comicios del próximo 7 de septiembre. Lo hizo con una fuerte advertencia: "Si hay un mal resultado electoral del peronismo, ¿cómo va a irradiar en el resto del país?". Y como es habitual en su estilo, no tardó en encender la polarización. Este martes, su equipo difundió el primer spot de campaña, que la posiciona como el contrapeso directo del presidente Javier Milei: "Donde Milei recorta, Cristina protege. Donde él destruye, ella reconstruye".
El mensaje audiovisual, que comenzó a circular apenas un día después del anuncio formal, repasa su recorrido político —primera dama, senadora, presidenta, vicepresidenta— y busca justificar su vuelta al ruedo. "Podría estar en casa, disfrutando sus días, pero quien lleva la esperanza terca en el pecho nunca se jubila de la historia", narra la locutora. La campaña se apoya en un discurso emocional que apunta a una militancia en estado de resistencia frente al ajuste libertario. Las calles de Buenos Aires y el conurbano ya amanecieron empapeladas con su nombre.
La candidata justifica su decisión con un diagnóstico político: "Tenés que ir al lugar donde más servís en el momento que es oportuno, apostar a que el proyecto colectivo vaya para adelante", declaró en una entrevista televisiva por C5N. En ella, también criticó con dureza la estrategia de desdoblamiento electoral que impulsó el gobernador Axel Kicillof —aunque sin nombrarlo directamente— y recordó que la provincia de Buenos Aires, con sus 135 municipios y 17 millones de habitantes, "nunca se desdobló" antes, a pesar de haber sido gobernada por distintos signos políticos.
Además de cuestionar la estrategia electoral oficialista, Fernández de Kirchner apuntó todos sus cañones contra el gobierno de Javier Milei. Lo acusó de aplicar un "ajuste brutal" que afecta a sectores sensibles como la salud, señalando al Hospital Garrahan como ejemplo de una estructura estatal históricamente eficiente que hoy se ve asfixiada. "Pasamos del cepo al dólar al cepo al salario", ironizó. También calificó al actual gobierno como una "derecha cruel y un tanto esotérica" y diferenció su impronta de la de Mauricio Macri: "Hubo una derecha mafiosa y cínica en 2015; ahora tenemos una derecha marginal, que se ocupa de los ricos".
Con tono desafiante, Cristina propuso incluso una reforma constitucional para establecer un régimen de votación unificada cada cuatro años, al tiempo que calificó como "un gran error" el desdoblamiento electoral en la Ciudad de Buenos Aires dispuesto por Jorge Macri, que derivó —según analizó— en un magro desempeño electoral del PRO. Su regreso a la contienda no está exento de simbolismo: eligió la Tercera Sección, bastión tradicional del peronismo y una de las zonas más golpeadas por las políticas de ajuste del actual gobierno.
En el spot, se refuerza esa conexión territorial: "No lo hace por ambición, lo hace por los que ya no aguantan más, por los que resisten hasta con hambre, por los que sueñan con un país más justo". La apuesta es clara: Cristina no busca solo una banca, sino reconstruir un frente opositor que logre canalizar el descontento social y reordenar al peronismo tras meses de fragmentación. Su candidatura es, además, un mensaje al interior de su propio espacio: aún conserva el liderazgo y la capacidad de marcar el rumbo político en tiempos de crisis. Con el telón de fondo de una crisis económica que no cede y un gobierno nacional cada vez más confrontativo, el retorno de Cristina a la arena electoral vuelve a sacudir el tablero político. Y esta vez, promete hacerlo desde el barro de la provincia que nunca le fue ajena.