Crisis
30 Abril de 2025 15:35
La mañana del miércoles 30 de abril, previo al paro de la CGT se convirtió en un escenario desesperante cuando trabajadores del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) fueron reprimidos por las fuerzas de seguridad ante una manifestación por el ajuste estructural impulsado por el gobierno de Javier Milei.
La protesta, que se inició a primera hora, fue respondida con una violencia desmedida por parte de la Policía Federal, dejando un saldo de personas golpeadas e intoxicadas por gases lacrimógenos, y hasta un patrullero que embistió a los manifestantes.
El detonante de este enfrentamiento fue la decisión oficial de fusionar el INTI con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), medida que no solo implica la unificación administrativa, sino también despidos masivos y una pérdida significativa de capacidad técnica en áreas incompatibles.
Este plan, parte del programa de "reforma del Estado" del gobierno libertario, busca achicar organismos que se consideran "improductivos", pero amenaza directamente a cientos de trabajadores especializados en procesos industriales y desarrollo tecnológico.
Durante la manifestación, los empleados del INTI exhibieron carteles que reflejaban su indignación. "La policía reprime con chalecos testeados en el INTI", rezaba uno de ellos, mientras otros denunciaban el vaciamiento que supone la fusión de organismos. La protesta, respaldada por la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) y su secretario gremial Oscar de Isasi, culminó en un clima de extrema tensión con golpes y empujones.
A pesar de que los trabajadores habían asegurado que no bloquearían la autopista General Paz, el operativo policial fue desmedido. La fuerza desplegó personal a los costados de la vía y una línea de infantería, además del patrullero que atropelló a los manifestantes. Paradójicamente, la policía terminó bloqueando el acceso al lugar, en una acción que parece más orientada a intimidar que a mantener el orden.
El desmantelamiento del INTI es parte de una avanzada más amplia del gobierno sobre los organismos estatales. Sin embargo, la medida no solo afecta a los trabajadores del INTI; es un ataque directo a todos los empleados del Estado. "Nos están desmantelando. No hay ninguna lógica detrás de esta fusión, salvo la de destruir lo construido", expresó uno de los manifestantes.
De Isasi, quien también sufrió agresiones durante el operativo, advirtió que esta represión no es solo contra los trabajadores del INTI, sino contra todos los empleados públicos: "Esto es contra todos los trabajadores del Estado. Y no vamos a permitir que nos pasen por encima", declaró en medio de la represión.
El conflicto en el INTI no es un caso aislado. Desde principios de año, diversos organismos estatales han enfrentado recortes y despidos, entre ellos el CONICET, el INADI y la ANMAT. En todos estos casos, los trabajadores denuncian la falta de diálogo y la pérdida de soberanía científica.
La escena vivida en el INTI es una postal del clima social actual: un gobierno decidido a avanzar con motosierra y una calle cada vez más caliente. La resistencia se refuerza con la movilización convocada por la CGT para este miércoles, en la previa del Día del Trabajador, es un claro mensaje contra el ajuste estructural que impulsa el Ejecutivo.
