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Llega desde Tucumán

Cómo se reconstruye una familia después de la Dictadura: presentan la obra "Barrio Viajantes, una infancia en los '90"

Pedro Noli, periodista tucumano estará los sábados 23 y 30 de agosto en el espacio teatral La Gloria.

20 Agosto de 2025 15:05
Barrio Viajantes, una infancia en los '90

Pedro Noli llegó a Buenos Aires y detrás de él una intempestiva tormenta empaña los vidrios de toda la ciudad. El periodista tucumano, conocido por su fantástica pluma que cuenta como nadie las historias de vida de los y las norteñas, no está solo: trae consigo un proyector de películas de 8mm, camisetas de fútbol, fotografías que lo muestran cuando era un changuito, rodeado de su familia en un cumpleañitos; además está con él Diego Gali, un amigo suyo de la infancia. Pedro está decidido: llegó para mostrarle a todos cómo fueron los primeros años de su vida en el barrio Viajantes, con una obra de teatro que se enmarca en el biodrama. 

Este género no es ni más ni menos que un relato de no ficción en la que muestra una de las historias más lindas del mundo: la de su infancia en Tucumán. Con esta obra de teatro ya visitó ciudades tucumanas como Monteros y Concepción (a sala llena) pero también visitó las provincias de Salta y Jujuy. La de este sábado 23 de agosto será su treintaiseisava función y queda una más que será el 30 de agosto en el espacio teatral La Gloria (Yatay 890)

"Barrio Viajantes, una infancia en los 90"

"Nosotros jugábamos a la pelota todo el día en la calle y nos llamaban un grito para ir a comer: '¡Ya está la comida!'", recuerda Pedro con ternura sobre ese momento cotidiano que ahora se vuelve mágico. Barrio Viajantes es una obra de teatro fundamental en este contexto cargado de vil individualismo, donde las vecinas ya no se sientan en las veredas, donde los abuelos de los barrios están cada vez más solitarios... En una charla profunda con BigBang, Pedro Noli dejó el alma y contó los secretos mejor guardados de su creación teatral y reflexionó también sobre la importancia del tejido social que es el barrio. 

¿Cómo se siente traer al barrio Viajantes, el barrio de tus amores, a la Ciudad de la Furia?

El barrio Viajantes es el barrio de todos de distinta manera. El año pasado cuando estuvimos acá -con tres funciones- al terminar una función, un amigo criado acá en Palermo, me decía: 'es lo mismo porque si ustedes tenían la prohibición de ir al cañaveral porque pasaban cosas que estaban prohibidas para los niños, a nosotros no nos dejaban ir al ferrocarril'. Entonces hay una misma identificación: hay lugares que son espacios compartidos, que cambian la forma pero lo que pasa en la infancia es muy parecido. 

Feliz de venir acá a compartir con los tucumanos, las tucumanas y la gente de Buenos Aires que encuentra esa particularidad de recordar que en su barrio había bichitos de luz, que pasaba el heladero, o el hombre que arregla las pelotas, o que pasaba el verdulero arriba de un carro... Todas estas cositas que son de identificación inmediata, es un gustazo poder compartirlas y que sea un espacio de memoria colectiva. 

"Barrio Viajantes, una infancia en los 90"

Tengo entendido que has hecho una gran investigación, has vuelto al barrio y te has puesto a caminar por las calles, a hablar con la gente. Respecto a esto, ¿qué hay de diferente o parecido en las infancias de ahora con las de los '90?

Desde la mirada del adulto, automáticamente podría decir que la cuestión digital, la cuestión de la calle, que era un espacio ganado, que hoy ya no lo es. El tiempo sin hacer nada, que daba espacio para la creatividad, para jugar y también el espacio independiente: nosotros nos volvíamos caminando del colegio, andábamos en bici, íbamos a otro barrio sin avisarle a nadie, merendábamos en la casa de un amigo, llegábamos a la noche y nuestros papás, nuestras mamás nos preguntaban dónde habíamos andado. 

Hay una distancia ahí, pero no me gusta caer en ese lugar de decir que que 'antes era mejor', porque yo entiendo que las infancias de ahora tendrán sus particularidades, tendrán su belleza, tendrán su magia, tendrán su independencia, tendrán su encuentro propio de otra manera, que quizás no la podemos observar. 

Sin duda que es distinto. Entonces, veo que sí hay cosas diferentes en cuanto al uso del espacio, que los adultos somos los que hemos decidido encerrarnos en nuestras casas, ponernos detrás de unos portones y hemos perdido la calle... Los que están pagando esa consecuencia, si es que se está pagando algo, son los niños.

¿Qué hay en esa melancolía que a vos te enamora de ese Pedro Noli de los '90?

Es celebratoria. No la melancolía por el lado triste, esa la nostalgia de que uno no va a poder volver en contacto con lo que fue, sino pienso en celebrar que he tenido una infancia muy feliz, que he tenido mamá, mi papá, que me han dado un plato de comida siempre, que me han enseñado a compartir con amigos, con amigas, que he tenido dos hermanitas maravillosas, que tenía un hermano más grande que me mostraba cómo se hacía para grabar las canciones, que mis hermanas jugaban al elástico y yo adentro de la casa jugaba con ellas -porque afuera, el que jugaba al elástico era puto- (risas) entonces también conocer el mundo femenino a partir de mi hermanas.

He sido muy feliz y la obra es una reivindicación y un agradecimiento a la infancia que he tenido que no todos los chicos lo han tenido y me toca a mí ese privilegio de una mamá que me tapaba con las sábanas antes de ir a dormir, que me leía un cuentito y un papá que me traía un chocolatito cuando venía a laburar, que nos íbamos de vacaciones todos juntos, que siempre había amistad y que había una conciencia del vecino, de lo que era un amigo, de lo que era un hermano. Jamás en la vida me levantaron la mano, a diferencia de lo que le pasaba a algunos de mis amigos o a los chicos del frente, jamás en la vida a mí me han hecho sentir culpable por alguna cuestión económica, que también en otros casos lo he visto. Al contrario, me han dado todo lo que han podido y me lo han dado siempre con tanto cariño que es un poquito devolver eso, celebrar eso. 

"Barrio Viajantes, una infancia en los 90"

Hablás sobre tus vecinos, sobre cómo la gente se conocía entre sí... ¿Qué es lo que más te conmueve de ese tejido social que es el barrio?  

La unidad que hay, lo homogéneo que es. Todos los sábados nosotros íbamos a jugar a la pelota en Campo Norte -que era un descampado que estaba cerquita del barrio Viajantes- íbamos todos los changuitos, los hermanos más grandes, los padres, los abuelos. Esa unidad, ese conocimiento que hay del otro. 

También eso de cuidarse, el sentido real de la 'barrita' de tus amigos, que sabés que es con todos o no es con ninguno. O vamos todos, o nos quedamos. Siempre se compartía. Ese sentimiento que es tan opuesto a la individualidad que por ahí reina y que nos quieren hacer creer que es la manera de zafar... Eso no existe, no funciona está comprobado, no sólo porque las personas tienen que esforzarse muchísimo más, sino porque se termina haciendo una sociedad triste y separada... ¿Con quién te vas a dar un abrazo para festejar? Eso es lo que me gusta, la idea de la identidad del barrio, la vinculación entre todas las personas. 

¿Qué recuerdos o hechos políticos mostrás en la obra respecto a por ejemplo la fiebre menemista privatizadora mezclado con ese aroma democracia recuperada de la post-dictadura?

Se van infiltrando algunas partecitas con algunos comentarios de humor que tienen que ver por ejemplo que con mi hermana, cuando éramos chiquitos, pensábamos que la hiperinflación era una señora que se iba poniendo gorda y que explotaba. Está todo contado desde la inocencia. 

Pero el hecho político que es transversal a la obra, es el reencuentro de mi papá y mi mamá con sus amigos en la post dictadura, después de que mi papá estuvo detenido durante siete años y al volver mi papá se encuentra con mi mamá, nací yo y nos vamos a vivir al barrio. Yo veía lo que sucedía ahí en esos encuentros donde se abrazaban, lloraban y se agarraban la cara y yo después entendí, tiempo después, lo que estaba pasando: se estaban reencontrando.

Algunos que venían de España, algunos que estaban calladitos que no se animaban a salir, algunos que no sabían si estaban vivos y de repente aparecían en los asados que se hacían en mi casa. Esa es la trama política, que es cómo una familia se reconstruye después de la post dictadura, que es el caso de nuestra familia. Cuando a mi papá se lo llevan, mi mamá estaba embarazada y cuando vuelve, mi papá se encuentra con mi hermanito, que ya tenía 6 años. Me considero parte de esa generación de familias disueltas, desarmadas, rotas y que dicen, 'Bueno, vamos a ver qué pasa'.