Mientras Mauro Icardi y Wanda Nara siguen tirándose con de todo -denuncias, chicanas, indirectas y hasta autos de lujo-, hay dos personas que no tienen ni voz ni voto, pero sí corazón: Francesca e Isabella, las hijas que el futbolista parece haber dejado en modo avión. Porque mientras el jugador de Galatasaray vive su propia novela turca en Estambul junto a Eugenia "La China" Suárez y los hijos de ella, sus propias hijas decidieron hacer algo más efectivo que cualquier escándalo en redes: lo bloquearon.
Sí, así como se lee. Según informó Laura Ubfal, las nenas perdieron casi toda relación con su papá, que hace semanas volvió a Turquía a seguir con su vida, y con la de otros niños que no llevan su apellido, pero sí su atención. La licenciada Fernanda Mattera, del Ministerio Público Tutelar, confirmó que la comunicación entre Icardi y sus hijas es prácticamente inexistente. ¿Y qué hicieron las nenas frente a esto? Le pusieron fin. Bloqueado en mensajes, bloqueado en llamadas; y bloqueado, sobre todo, en el corazón.
Pero eso no es todo. Francesca, la mayor, habría dicho una frase tan filosa como dolorosa para cualquier padre: "Ya no quiero llevar el apellido Icardi". ¿El motivo? El destrato, la ausencia en su cumpleaños número diez y la convivencia del papá con los hijos de su nueva pareja, que para colmo ocurre en la misma casa donde antes vivía con ellas.
Ante semejante panorama, Wanda habría adelantado su regreso a Buenos Aires para contener a sus hijas, que hoy no quieren un iPhone, ni un yate, ni una cartera de diseñador: quieren a su papá.
Mientras tanto, la China Suárez sigue como si nada. Posteos con filtros, hijos luciendo ropa turca, paseos por Estambul al ritmo de "Istambul con amor" y hasta una selfie en el auto de Icardi, como para que no queden dudas de quién maneja ahora. También mostró la cartera de su hija, llena de accesorios como usan las mas chicas ahora y que sin dudas desató los celos de Isabella y Francesca.
Y claro, tampoco faltaron las fotos del cumpleaños de Amancio: yate, sonrisas, lujo. Todo ideal, salvo por un detalle menor... En otro continente, dos nenas lloran a un papá que eligió desaparecer de sus vidas.