La cocina se llenó de emoción este lunes en MasterChef Celebrity. Entre ollas, aromas y cámaras, el escenario del reality se transformó por unos minutos en un lugar de memoria, ternura y agradecimiento. El responsable fue Luck Ra, quien ingresó al programa para reemplazar temporalmente a su novia, La Joaqui, y terminó protagonizando uno de los momentos más conmovedores de toda la temporada. El joven artista decidió rendir homenaje a todas las madres con un plato que, más que una receta, fue una historia contada con el corazón. Sirvió una milanesa a la napolitana con arroz y mayonesa.
Sin embargo, un detalle desató las lágrimas en el estudio: presentó dos platos, uno más lleno y otro más vacío, bajo el título "Comé vos, yo ya estoy llena". Esa simple frase escondía una historia profunda. "Por ahí de niño uno no se da cuenta o tratan de no mostrarte algún tipo de falta, porque un padre y una madre lo dejan todo", explicó Luck Ra, emocionado. La idea del plato, contó, nació de los recuerdos de su infancia, cuando su mamá prefería dejar de comer para que a él no le faltara nada. "Lo que te llena el estómago y el alma es el amor", agregó, dejando a sus compañeros, al jurado y, por qué no, a los fanáticos del programa sin palabras.
El silencio en el estudio fue absoluto. Luego, las reacciones del jurado no se hicieron esperar. Donato de Santis, conmovido, definió la preparación como "un plato sanador", una de esas propuestas que trascienden la cocina y tocan fibras más hondas. Damián Betular celebró la sensibilidad que Luck Ra logró transmitir a través de la comida y lo recibió con cariño: "Es un placer tenerte en MasterChef". Por su parte, Germán Martitegui resumió el espíritu del momento con una frase tan cruda como bella: "Fue una trompada de lo que es la vida misma, la paternidad y la maternidad".
La emoción también llegó de la mano de Wanda Nara, quien no quiso dejar pasar la oportunidad de profundizar en la dedicatoria. "¿Qué te gustaría decirle a tu mamá?", le preguntó. Y la respuesta de Luck Ra, sencilla y sincera, hizo que más de uno se limpiara una lágrima: "Ella ya sabe todo. Que la amo y que espero que esté orgullosa de la persona en la que me convertí". El aplauso fue inmediato. No fue el aplauso de un programa de televisión, sino el de un público que entendió que, detrás del show y la competencia, había un hijo agradecido homenajeando a su madre y, en ella, a todas las madres que hacen magia cada día con lo poco o lo mucho que tienen.