Mientras el sol brilla en Ibiza, donde Wanda Nara asiste a compromisos laborales, un oscuro conflicto judicial y mediático estalla con fuerza entre ella y su ex esposo, Mauro Icardi. Lo que comenzó como un reclamo por la custodia de sus hijas, Francesca e Isabella, se transformó en una guerra pública marcada por acusaciones de desamparo, tensión emocional, episodios traumáticos y un escalofriante relato que dejó sin aliento a la audiencia televisiva y al entorno familiar. Todo esto, a raíz de un mail del colegio al que asisten las nenas advirtiendo la imposibilidad de contactar a los adultos designados como responsables ante emergencias escolares.
En las últimas horas, el delantero del Galatasaray presentó una denuncia formal contra Wanda, en la que acusa a la empresaria de haber dejado a sus hijas en situación de abandono. El detonante habría sido esa comunicación enviada por el colegio de las niñas a ambos progenitores, en la que se preguntaba quién estaba a cargo de las menores ante la ausencia de ambos padres fuera del país. Según reveló Yanina Latorre en Sálvese quien pueda, los contactos de emergencia consignados no respondieron: ni Nora Colosimo (madre de Wanda), ni Lucía Oliver, exempleada doméstica de la familia.
Ante ese vacío de contención, Icardi activó una denuncia por "desamparo absoluto". La situación escaló con una resolución del Juzgado Civil 106, que determinó que el futbolista no podrá retirar a las niñas del colegio "hasta tanto se resuelva la petición formulada", luego de que intentara llevárselas del establecimiento sin autorización judicial. Lejos de permanecer en silencio, Wanda respondió en vivo en LAM, donde se comunicó directamente con el conductor Ángel de Brito desde Ibiza. "Me llegaron algunas cosas que se están diciendo y me gustaría aclararlas. Estoy de viaje por trabajo, Vine por la audiencia", detalló Wanda.
Además, luego de afirmar que Icardi le dejó en claro que quiere llevarse a sus hijas a vivir a Turquía, siguió: "Si es posible que yo también vaya a vivir allá". La empresaria aseguró además que el futbolista no autorizó aún la terapia psicológica de las niñas, un tratamiento que, según dijo, ella está dispuesta a pagar, pero que legalmente requiere la firma de ambos progenitores. "En la última comunicación que hubo con el Ministerio Público Tutelar le pidieron que evite mostrarse con los hijos de su novia porque eso les generaba a las nenas una angustia. Él todavía no autorizó la terapia psicológica de las hijas, y se niega a pagarla...", contó.
Pero lo más impactante surgió minutos después, cuando el periodista Santiago Riva Roy reveló, con la autorización expresa de Wanda, un hecho que conmocionó al panel. Según relató la empresaria, Icardi habría incinerado al perro de la familia —un Weimaraner llamado Coco— en una parrilla doméstica, tras su muerte en 2019, y lo habría hecho en presencia de sus dos hijas pequeñas. "Lo prendió fuego en la parrilla, y las nenas lo vieron", aseguró el periodista de América TV. "Yo no sé si me está operando, pero Wanda me acaba de autorizar a contar esto. Ojalá que sea mentira esto y que Wanda me esté mintiendo", añadió el cronista.
Las consecuencias psicológicas de aquel episodio, sumadas a las nuevas escenas de tensión familiar, habrían dejado secuelas emocionales en las niñas, según informes psicológicos aportados por la defensa de Wanda: "Adjunté un certificado de la empresa que se acercó a mi casa. Vieron un cuadro muy grande de angustia. Yo tengo hijas sanas, que tienen todo para ser felices, pero hoy vinieron a verlas y dijeron que tienen mucha angustia... Cuando la angustia viene de alguien de su familia, es algo casi imperdonable, Mis hijas se levantaron con imágenes virales del papá en la pileta de ellas, con su mascota y con otros niños en sus habitaciones y con sus juguetes".
Mientras Yanina Latorre puso en duda la veracidad de la historia de Coco -"Wanda cuando se ve acorralada, inventa"-, Ángel de Brito fue más contundente: "Me parece un horror lo que le hacen a las chicas. A mí me parece que es un padre violento. ¿No viste los chats y los audios que escuchamos acá? Cuando la amenaza a la madre, que contaba cómo se garchaba al negro, y que le iba a arruinar la vida... eso es un tipo violento". De fondo, se suma un episodio previo que refuerza ese diagnóstico: aquella violenta escena ocurrida en el ascensor del Chateau Libertador, donde las niñas lloraban mientras eran testigos de una discusión entre sus padres.