La radiofonía argentina está de luto. Este miércoles, 15 de agosto, la noticia del fallecimiento de María Eugenia Karall sacudió los corazones de quienes la conocieron, la admiraron y trabajaron con ella.
La histórica locutora de Radio 10, cuya voz cálida y profesionalismo marcaron una época, perdió la batalla contra el cáncer. Su partida deja un profundo vacío en el mundo de la comunicación y en el alma de quienes la acompañaron.
Eugenia luchó con valentía hasta el último momento. Su sonrisa, siempre presente incluso en los días más oscuros, fue un reflejo de su fortaleza y amor por la vida. Pero esta cruel enfermedad terminó apagando esa luz que iluminaba cada rincón donde su voz resonaba.
Radio 10, su hogar por tantos años, expresó su dolor y gratitud en un emotivo mensaje compartido en redes sociales: "Despedimos con profunda tristeza a Eugenia Karall, histórica locutora de Radio 10. Su voz, su calidez y su profesionalismo quedarán para siempre en la historia de la radio y en el recuerdo de quienes compartimos el aire con ella. Gracias por tanto, Eugenia".
Las palabras de despedida no tardaron en llegar. Sus seguidores y colegas inundaron las redes con mensajes cargados de amor y tristeza: "Pasó por esta vida dejando una huella, a veces nos hacía reír, otras reflexionar. Se la va a extrañar. Fuerzas a su familia y que descanse en paz", escribió un oyente conmovido.
Otro seguidor recordó su dulzura y cercanía: "No, qué tristeza, tan adorable. Siempre con su humor y su dulzura, yo le escribía y ella siempre respondía con su calidez. Un abrazo enorme a su hija, compañero y familia. Siempre estarás presente con tus personajes y tu mirada dulce".
Sus compañeros de trabajo también se sumaron al dolor colectivo: "Euge fue una compañera maravillosa, hermosa, cálida y empática, además de una enorme profesional. Vamos a extrañar su voz, su humor, pero sobre todo el cariño que jamás escatimó ni a propios ni a ajenos".
El vacío que deja María Eugenia Karall es imposible de llenar. Su voz, que tantas veces acompañó mañanas y tardes en los hogares argentinos, ahora es un eco que se guarda en la memoria colectiva.