El sobreviviente (The Running Man) marca el regreso del clásico de la ciencia ficción a la gran pantalla, esta vez protagonizado por Glen Powell y dirigida por Edgar Wright. Se trata de una versión moderna del relato de Stephen King, ambientada en un futuro cercano donde la televisión y la violencia se funden en un espectáculo mortal.
Esta es una historia que interpela al espectador, porque la trama sigue a Ben Richards, un hombre que acepta participar en un programa televisivo extremo donde los concursantes deben escapar durante 30 días mientras son cazados por asesinos profesionales. El premio: una fortuna que podría salvar la vida de su hija enferma. El precio: su propia humanidad y lealtad.
Powell interpreta a un protagonista que no es un héroe, más bien un sobreviviente en el sentido más crudo. Su interpretación combina vulnerabilidad, coraje y desesperación, en una historia donde el límite entre el entretenimiento y la crueldad se vuelve algo "normal" de asimilar para la gente que lo ve desde una tribuna y desde sus casas. también cabe destacar que estamos ante una remake con identidad propia, a diferencia de la versión original de los años '80, esta nueva adaptación se aleja del tono de acción exagerada para explorar temas más actuales: el poder de los medios, la manipulación de las masas y el consumo de la violencia como forma de distracción social e inclusive la Inteligencia artificial.
El director Edgar Wright imprime su sello visual, con un ritmo vibrante, escenarios impensados y un uso inteligente de la tecnología para construir una atmósfera donde todo parece estar controlado por la audiencia y la mafia.
Cuando termina la película es inevitable pensar en la crítica a la cultura del espectáculo, ya que la película no solo ofrece persecuciones y explosiones; detrás del espectáculo se esconde una reflexión sobre la sociedad contemporánea, donde el morbo y la exposición se han vuelto moneda corriente.
Powell muestra en un papel más intenso aunque bastante posado en ocasiones, sin embargo el actor que viene consolidando su carrera con títulos cada vez más desafiantes, entrega aquí una de sus actuaciones más físicas y emocionales mostrando para sus fans su transformación tanto en lo corporal como en lo psicológico, sosteniendo buena parte del relato y lo aleja de los roles más ligeros y banales que lo dieron a conocer.
Es necesario ver El sobreviviente (The Running Man), ya que es una película llena de acción, suspenso y crítica social en una historia vertiginosa y visualmente impactante. Es una película que entretiene, pero también provoca. Ideal para quienes disfrutan del cine de ciencia ficción con trasfondo humano y una mirada incómoda sobre la realidad que nos rodea.