El jueves amaneció con una sombra oscura sobre la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF). Un correo electrónico, cargado de odio y violencia, llegó a la casilla de las autoridades universitarias, dejando un mensaje que heló la sangre de toda esa comunidad universitaria.
La amenaza era clara, directa y aterradora: "Hoy, a cualquier hora, iré a una de las sedes de la Universidad para cometer una masacre". El autor del mensaje, que se identificó como un exalumno de la institución, detalló con escalofriante precisión su plan: "Iré con mi escopeta en mano, y en mi mochila, llevaré explosivos y armas blancas para asesinar a la mayor cantidad de gente posible".
Hasta ese momento, la UNTREF se preparaba para recibir al Padre Francisco "Paco" Olveira en una charla sobre las luchas de los jubilados de las que él es protagonista cada miércoles. El agresor, en un tono perturbador, continuó: "Ustedes pagarán con sangre lo que me hicieron y, cuando termine, iré a los baños para suicidarme".
La amenaza no solo prometía una masacre, sino también un macabro desenlace. Comparándose con Anders Breivik, el autor de los atentados en Noruega en 2011, el remitente proclamó: "Me convertiré en el Anders Breivik Argentino". Como si esto no fuera suficiente, aseguró que transmitiría el ataque en vivo por Discord y que su siniestro "manifiesto" estaba disponible en un foro de la deep web.
Ante esta escalofriante amenaza, las autoridades de la UNTREF tomaron medidas inmediatas. Aunque las actividades académicas continúan con normalidad, se reforzó la seguridad en todas las sedes y se presentó una denuncia formal.
Sin embargo, la charla del Padre Paco fue suspendida por razones de seguridad. Desde el Consejo de Políticas Sociales de la UNTREF emitieron un comunicado contundente: "Rechazamos enérgicamente esta amenaza, que busca intimidar y silenciar a los que luchan por sus derechos y libertades. Es inaceptable que se utilice la violencia para acallar las voces de quienes buscan justicia y equidad".
El miedo se palpa en el aire. Es que las palabras del agresor fueron claras: "Sin importar que haya niños, arrasaré con todo a mi paso". Mientras tanto, el centro de estudiantes expresó su solidaridad con el Padre Paco y los jubilados, afirmando: "La Universidad se mantiene firme en la defensa de la democracia y los derechos humanos. ¡No a la violencia! ¡Sí a la justicia y la equidad!".