El pasado martes, "Pequeño J" fue detenido en Perú por el triple femicidio narco de Brenda del Castillo (20), Morena Verdi (20) y Lara Gutiérrez (15). Si bien la noticia trascendió en cuestión de minutos, recién este miércoles se conocieron los detalles de cómo lograron capturar al joven más buscado internacionalmente.
Las estrategias de inteligencia para dar con el "líder narco" y con su mano derecha, Matías Ozorio, comenzaron el mismo día en que la policía encontró los cuerpos de Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez en una vivienda de Florencio Varela.
La Policía Bonaerense inició la investigación a partir de las primeras cuatro detenciones. La mayoría de los acusados ni siquiera sabía el nombre real de Tony Janzen Valverde Victoriano, la verdadera identidad detrás de "Pequeño J".
Con datos obtenidos por las declaraciones de los detenidos, los investigadores llegaron a la casa de una de sus novias, quien finalmente lo delató. "Llegamos tres horas después de que se había ido del lugar, casi lo agarramos", relató a TN el ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso. Ese allanamiento resultó clave, ya que permitió a la policía obtener el teléfono de Valverde Victoriano: "Empezamos a tener su ubicación a través de las antenas, pudimos ubicarlo y seguirlo", explicó Alonso.
Los investigadores descubrieron que "Pequeño J" utilizaba tres celulares y comenzaron a interceptar las comunicaciones con sus contactos. Así identificaron que, el viernes 26 de septiembre, cruzó la frontera hacia Bolivia. Una vez en territorio boliviano, se perdió el rastro de sus teléfonos. Sin embargo, la Policía de Bolivia realizó tareas de inteligencia y estableció que el narco planeaba reunirse con Matías Ozorio en Plaza Norte, uno de los lugares más concurridos de Lima. El plan era encontrarse allí para luego huir a Trujillo, ciudad natal de Valverde Victoriano.
La primera acción fue detener a Ozorio y utilizar su celular para engañar a "Pequeño J", que ya estaba en camino hacia Lima. Según explicó el jefe de Inteligencia Antidrogas de Perú, no contaban con la información del vehículo en el que viajaba, pero una manifestación resultó determinante: "Nos permitió registrar cada uno de los vehículos, hasta que lo identificamos adentro de un transporte de carga pesada", señaló.
Ahora, al tratarse de un ciudadano peruano, se deberán cumplir los trámites legales para su extradición. De todos modos, Alonso se mostró optimista y aseguró que la próxima semana "Pequeño J" debería estar en Argentina.
Mientras el Gobierno celebraba la captura del líder narco, trascendió que las autoridades judiciales del caso por el triple crimen están furiosas con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. La crítica apunta a que puso en riesgo la operación al publicar en sus redes sociales la detención de Matías Ozorio en Perú, ya que el propio Valverde Victoriano seguía las noticias argentinas.
El periodista Ignacio González Prieto detalló en Radio Rivadavia que hay un "gran enojo": "La Policía lo estaba monitoreando en tiempo real, pero Bullrich publicó la detención de Ozorio cuando ningún integrante de la investigación quería que ese dato se filtrara. Esa publicidad puso en peligro la captura de Pequeño J", remarcó.
Además, Prieto aportó un dato clave: "El robo está vinculado a alguien que está por arriba de "Pequeño J", se trata de una banda narco que opera en Trujillo, Perú". También precisó que, hasta el jueves 25 de septiembre, Valverde Victoriano se movía en distintos puntos del Conurbano bonaerense. "La última vez estuvo en José C. Paz, donde recibió una suma importante de dinero. Después desapareció: cruzó a Bolivia y luego a Perú. Ese mismo día salió el alerta de Interpol", concluyó.