La Plata amaneció bajo la tensión de un juicio que trasciende lo judicial y roza el escándalo cinematográfico. A las nueve en punto, en el subsuelo del Anexo de la Cámara de Senadores bonaerense, comenzó el proceso más esperado del año en los tribunales provinciales: el jury de enjuiciamiento contra la jueza Julieta Makintach, la magistrada suspendida que autorizó la filmación de un documental en medio del juicio por la muerte de Diego Armando Maradona.
El caso, bautizado como el "escándalo del documental Justicia Divina", estalló hace meses cuando se descubrió que cámaras y técnicos habían ingresado a la sala durante el debate oral del expediente más mediático de la última década. Ahora, la jueza deberá responder ante diez miembros -cinco legisladores y cinco conjueces abogados- que decidirán si su conducta fue una falta administrativa o un delito que amerita su destitución definitiva.
La audiencia, presidida por Hilda Kogan, titular de la Suprema Corte bonaerense, promete escenas de fuerte carga emocional y política. En la primera jornada declararán el fiscal Patricio Ferrari, quien encabezó la acusación en el juicio por la muerte del Diez y fue quien reveló en pleno debate las imágenes grabadas en secreto; las policías Mirta Barrionuevo, Itatí Romero y Evelin Andrada, encargadas de la custodia del tribunal; y varios productores y técnicos involucrados en la filmación.
A ellos se sumarán la secretaria de la Defensoría, Mariana Rodríguez; el subsecretario de Comunicación de la Suprema Corte, Ezequiel Klass; y la médica estética María Eva Pereyra, quien atendía a Makintach y reconoció haber compartido el tráiler del documental sin su autorización. El viernes será el turno de los fiscales de San Isidro Carolina Asprella y José Ignacio Amallo, además de los jueces Maximiliano Savarino y Verónica Di Tomasso, que integraron el tribunal que declaró nulo el juicio.
El lunes 10 comparecerán Verónica Ojeda y Jana Maradona, junto a abogados de todas las partes: Fernando Burlando, Rodolfo Baqué, Vadim Mischanchuk, Miguel Ángel Pierri, Gastón Marano, Mario Baudry y Fabián Améndola, entre otros. Y el miércoles 12 será el plato fuerte: Dalma y Gianinna Maradona darán su testimonio, junto con el abogado Julio Rivas, quien pidió la recusación de la jueza tras el escándalo, y los productores María Vidal Alemán y Juan Manuel D'Emilio.
El documental en cuestión, "Justicia Divina", fue producido por La Doble S.A., propiedad de José Arnal, quien ya declaró en la causa penal paralela que Makintach "conocía el contenido del proyecto y estaba absolutamente de acuerdo con su realización". En ese expediente, la magistrada fue imputada por cohecho pasivo, violación de los deberes de funcionaria pública, abuso de autoridad, malversación y peculado.
La acusación en el jury está en manos de la fiscal general de Necochea, Analía Duarte, quien representa a la Procuración bonaerense. Junto a ella, los impulsores del proceso: el Colegio de Abogados de San Isidro y el abogado Gastón Marano, representante del ex custodio de Maradona, Julio César Coria, detenido por falso testimonio durante aquel juicio que ahora quedó en la historia negra del sistema judicial argentino.
Makintach, por su parte, será defendida por Darío Saldaño, quien presentó varios reclamos para frenar el proceso. Hasta último momento, su equipo evaluaba si reducir o no la lista de 69 testigos, de los cuales apenas 13 fueron propuestos por la defensa. Fuentes cercanas a la jueza confirmaron que pasó las horas previas al inicio "acompañada por su marido y sus hijos", aunque no está claro si se presentará en persona a la sala del Senado. Más allá del procedimiento técnico, el jury tiene un peso simbólico enorme. Nunca antes una magistrada había sido juzgada por convertir un proceso judicial real en un material fílmico con aspiraciones de documental.
El veredicto no llegará pronto. Tras las cinco jornadas de audiencias, el tribunal tendrá otros cinco días para deliberar y luego leerá su decisión en una audiencia pública. Sea cual sea el resultado, el caso ya marcó un precedente. El juicio que debía esclarecer las responsabilidades por la muerte de Diego Maradona se transformó en un drama sobre el poder, la fama y los límites éticos de la Justicia. Y ahora, bajo las luces del Senado y frente a decenas de cámaras -esta vez, oficialmente autorizadas-, la protagonista no es otra que la jueza que quiso filmar su propia película.