Una escena tan silenciosa como brutal sacudió este jueves por la noche al barrio porteño de Caballito. En un departamento ubicado sobre la calle Galicia al 900, una mujer de 47 años y su hijo de 13 fueron hallados muertos en condiciones estremecedoras. Se trataba de Eun Hye Ku y Yoonsuk Ko, madre e hijo de nacionalidad surcoreana, radicados en la Argentina desde hace una década. La causa, envuelta en misterio, ya es investigada por la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°56, a cargo de Edgardo Orfila. Por ahora, las autoridades investigan si se trató de un homicidio seguido de suicidio, aunque no descartan otras hipótesis.
El hallazgo fue realizado cerca de las 21.30 por el hermano de la mujer, Claudio Fabián Ku, quien preocupado por la falta de respuestas telefónicas decidió acudir al domicilio. Lo que encontró lo dejó paralizado: Eun Hye tenía una bolsa en la cabeza y un cable de alargue atado al cuello; su hijo, tendido en el suelo, presentaba signos similares de asfixia, con una remera rota en la zona del cuello.
En un intento desesperado por asistir a su hermana, Claudio le retiró la bolsa y el cable, pero ya era demasiado tarde. Llamó al 911, y minutos después personal de la Comisaría Vecinal 6A y del SAME constataron las muertes a las 22.10. Desde entonces, el departamento permanece bajo custodia, mientras peritos de la Unidad Criminalística Móvil y del Departamento de Muerte en el Ámbito Privado trabajan en el lugar para esclarecer los hechos.
El relato del hermano de la víctima ofrece un posible contexto de la tragedia. Según explicó, Eun Hye atravesaba un cuadro de depresión severa, agravado por problemas respiratorios crónicos y por el cuidado permanente de su hijo, diagnosticado con autismo. "Me decía que ya no quería vivir más, que no podía seguir cuidando al nene", relató con voz entrecortada ante las autoridades. Para acompañarla, él solía llamarla todas las tardes.
Pero ese jueves, el silencio del otro lado del teléfono fue una señal alarmante. La familia vivía junto a la madre de Eun Hye -y abuela del niño-, quien en el momento del hallazgo fue retirada del lugar por su hijo para ser resguardada en la cafetería que atienden en la zona. El padre del niño permanece en Corea del Sur. A simple vista, el departamento no presentaba signos de ingreso forzado ni violencia externa. La puerta estaba cerrada y no había desorden.
Por eso, la principal hipótesis que manejan los investigadores es la de un homicidio seguido de suicidio, aunque no se descarta ninguna posibilidad. La Policía de la Ciudad, a través de la División Investigaciones Comunales Nº6, continúa con el relevamiento de pruebas, testimonios de vecinos y análisis de cámaras de seguridad. "No hay indicios de participación de terceros, pero no podemos apresurarnos", advirtieron fuentes cercanas al caso.