El juicio por jurados por la desaparición y femicidio de Cecilia Strzyzowski cerró el pasado viernes su novena jornada y se acerca a su resolución, aunque aún restan varias audiencias por delante. En ese contexto, durante el fin de semana se vivió un clima de tensión en el penal donde se encuentra detenida Marcela Acuña, imputada como "partícipe necesaria" en el crimen.
Acuña agredió a cinco agentes penitenciarias y fue trasladada a una celda individual en la Unidad Penitenciaria de Mujeres del barrio Don Santiago, en Resistencia, donde cumple prisión preventiva. El hecho de violencia ocurrió el 5 de noviembre y las oficiales atacadas fueron identificadas como la cabo primero Luciana Romero (eritema en el codo derecho), la cabo primero Viviana Pawizki (golpe en la rodilla izquierda), la cabo primero Camila Martínez (escoriación en el antebrazo), la agente Gavilán Soto (hematoma en la pierna) y la agente Lucía Benítez (eritema en el antebrazo).
Este episodio agravó el clima interno del penal, donde Acuña ya mantenía conflictos con otras internas, quienes la señalan por su "comportamiento violento y desafiante". Sin embargo, fue recién este domingo cuando se confirmó oficialmente su aislamiento: la alcaide principal de la unidad informó la medida y el documento ya fue elevado a la Justicia, según publicó Diario Norte.
Tras el traslado a una celda individual, Acuña se comunicó con su hermana y le pidió que viralizara el llamado, ya que, según ella, se encuentra en peligro. "Estoy en peligro, ellos están generando un ambiente para que me pase algo", habría dicho la imputada a su hermana Patricia. Además, habló de "un clima de tensión y hostigamiento" dentro del pabellón, donde denunció presuntos abusos de poder, golpes y amenazas por parte del personal penitenciario, presentándose como víctima de una persecución.
"Lo que yo quiero, Patri, es una denuncia penal contra la jefatura de acá. Quiero un alejamiento de esa gente, o que me lleven a otro lado, porque te digo la verdad: hoy te digo que es peligrosa mi situación. Ellos están generando un ambiente para que a mí me pase cualquier cosa", se la escuchó decir a la dirigente.
En ese diálogo también relató un episodio ocurrido la noche anterior, en el que una compañera habría sido "golpeada y sacada a la fuerza" por agentes penitenciarias. "La sacaron semidesnuda, tiene la cabeza con profundos golpes. Después quisieron que las internas firmen una nota para que me saquen del pabellón. Les prometieron beneficios a cambio", aseguró.
La mujer sostuvo que el ataque en su contra "fue planificado" y que el objetivo era aislarla nuevamente. También denunció presuntos actos de corrupción dentro del penal: "Lavan plata, permiten que hombres armados entren y que haya prostitución a cambio de visitas íntimas. Me aíslan para que no me entere. Por eso pedí que se viralice, porque está en juego mi vida", afirmó.
En medio del juicio oral por el femicidio de Cecilia, Acuña presentó además una denuncia formal ante la Justicia chaqueña en la que acusó a los fiscales Jorge Cáceres Olivera y Jorge Gómez, a la jueza técnica Dolly Fernández, al ministro de Seguridad Hugo Matcovich y al gobernador Leandro Zdero. Los responsabilizó por "prevaricato, cohecho e injerencia política" en su causa y aseguró que el Equipo Fiscal N° 4 "ocultó pruebas" que, según ella, demostrarían su inocencia y la de su esposo, Emerenciano Sena, también detenido.
En un texto de más de cinco páginas, la acusada afirmó que su proceso judicial "fue viciado desde el inicio" y que su detención respondió a una "maniobra de desprestigio político". Además, solicitó "resguardo judicial para su familia" y anunció el inicio de una huelga de hambre en protesta por sus condiciones de detención: "Comenzaré esta huelga por la vida y por los derechos humanos de las mujeres que estamos en contexto de encierro", escribió.
Mientras Marcela Acuña denuncia abuso de poder y corrupción dentro del penal, así como persecución por parte de las autoridades provinciales, una verdad todavía no encuentra respuesta: ¿Qué pasó con Cecilia Strzyzowski?