En Neuquén, un hecho que parecía un episodio policial más se transformó en una bomba política que sacudió el escenario electoral. El pasado domingo, en Plottier, la Policía detuvo a un gerente de depósito de La Anónima y a un cartonero, acusados de perpetrar un sistemático "robo hormiga" de mercadería valuada en alrededor de 2,5 millones de pesos. La sorpresa estalló cuando se confirmó que el jerárquico en cuestión, Cristian Javier Poblete Torres, de 36 años, es hijo de Marisa Torres San Juan, primera candidata a senadora por el partido Desarrollo Ciudadano, fuerza que impulsa a la destituida vicegobernadora Gloria Ruiz como candidata a diputada.
El operativo, ejecutado por la División Robos y Hurtos de la Policía provincial, se concretó poco después de las 13:15. Una Toyota Hilux sospechosa fue detectada en el sector de carga y descarga del supermercado. Al inspeccionar el vehículo, los efectivos hallaron un botín llamativo: 103 kilos de queso de las marcas La Paulina y Noalsa, 71 kilos de tapa de asado, 40 kilos de vacío y 20 kilos de matambre. Todo cuidadosamente embalado, como si estuviera listo para su distribución.
La maniobra, según reveló la investigación preliminar que fue dada a conocer por el sitio LMNeuquén, era tan simple como descarada: Poblete Torres, aprovechando su rol jerárquico, eludía los controles internos y permitía que su cómplice retirara la mercadería junto con los residuos del local. De esta forma, el alimento salía del supermercado sin generar alarma. Tras la denuncia y el seguimiento, la Justicia ordenó el secuestro de la mercadería y de los celulares de los implicados.
Al mismo tiempo, se inició una causa por "hurto continuado", figura que agrava la pena cuando las acciones ilícitas se repiten con un mismo propósito. Pero el caso no se agota en la anécdota policial. El apellido del detenido reavivó las sombras que ya persiguen al espacio político de Gloria Ruiz. La ex vicegobernadora fue destituida en diciembre de 2024 por "inhabilidad moral" tras una votación aplastante en la Legislatura, en medio de acusaciones por contratos irregulares, desvíos millonarios de fondos y gastos extravagantes, incluida la compra de bombones por más de 4 millones de pesos a una chocolatería local.
Ahora, el vínculo entre la candidata a senadora y este episodio delictivo expone las fisuras de un sector político que intenta volver a la escena electoral cargando con un historial de escándalos. La escena del hijo de una dirigente de primera línea retirando toneladas de carne y queso de manera clandestina desde el propio supermercado donde ejercía autoridad se convierte, así, en un retrato perfecto de una Argentina donde las redes de poder, el abuso de posición y el desprecio por lo público se entrelazan con la impunidad. Mientras la Justicia avanza con la investigación, en el ambiente político neuquino las dudas se multiplican.