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Posible sanción ejemplar

Masacre en Avellaneda: violencia, descontrol y vergüenza continental en Independiente-Universidad de Chile

Hinchas de la U desataron una batalla campal desde la tribuna visitante y luego fueron cazados, golpeados y desnudados por la barra disidente del Rojo.

21 Agosto de 2025 09:55
Masacre en Avellaneda

La noche en Avellaneda, que debía regalar un clásico cruce copero entre Independiente y la Universidad de Chile, se transformó en un escenario de guerra. La violencia desatada en las tribunas del estadio Libertadores de América Ricardo Enrique Bochini derivó en escenas de horror pocas veces vistas en el fútbol sudamericano: destrozos, incendios, corridas, heridos de gravedad y una verdadera cacería contra los hinchas trasandinos que quedaron atrapados en la tribuna visitante.

Ubicados en la Sur Alta, los chilenos iniciaron el caos: violentaron un cuarto de limpieza, rompieron baños, arrancaron butacas y convirtieron todo en proyectiles. Desde arriba arrojaron palos de madera, varillas de hierro, botellas, tanto de agua como de fernet, piedras, tapas de inodoro, butacas y hasta bombas de estruendo contra los hinchas locales en la bandeja inferior. Las imágenes mostraron asientos ardiendo, mientras los locales corrían para cubrirse de los ataques.

Los disturbios iniciados por la parcialidad visitante arrancaron cuando el primer tiempo promediaba los 30 minutos y siguieron sin intervención de las autoridades durante todo el entretiempo. Recién el árbitro Gustavo Tejera detuvo el encuentro a los dos minutos  de la segunda mitad, tras el ingreso de hinchas al campo de juego, algunos heridos. "Debido a los actos vandálicos la parcialidad visitante deberá abandonar la tribuna", anunció la voz femenina del estadio. 

Pero la tensión no bajó. La barra disidente del Rojo, lejos de replegarse, ingresó a la tribuna visitante cuando ya la gran totalidad de hinchas chilenos había abandonado la tribuna para desatar lo peor: una cacería humana. "El relato de testigos es estremecedor. "Los pocos hinchas de la U. de Chile fueron golpeados (incluso hasta quedar algunos en estado muy crítico), desnudados, mancillados y hasta torturados por la facción de la barra del Rojo", relató un hincha de Independiente a BigBang. 

Y siguió: "Durante 10 minutos, los 10 chilenos que quedaron rezagados recibieron golpes, incluso con palos, patadas y cachetazos. Hasta que finalmente llegaron las autoridades". Las imágenes muestran a simpatizantes trasandinos ensangrentados, desnudos, tirados sobre los asientos. A uno de ellos se lo vio caer desde lo alto de la tribuna, empujado por uno de los miembros de la barra local. El propio público del rojo ingresó al campo para alejarse del infierno. La organización brilló por su ausencia. Según Aprevide, el operativo contó con 650 policías y 150 agentes privados, pero ninguno intervino en la tribuna visitante mientras se producían los ataques. "Hoy falló todo, incluso hasta la humanidad de muchos por no decir todos. Está claro que hubo un problema de organización. Hinchas visitantes arrojando durante más de 50 minutos objetos a la tribuna local, incluso abriéndole la cabeza a muchos. La policía liberando la zona y permitiéndole a la barra actuar", denunció otro hincha de Independiente.

Ante la falta de garantías, la Conmebol tomó una decisión inédita: canceló el encuentro, en lugar de suspenderlo. "En función a la falta de garantías de seguridad por parte del club local y de las autoridades locales de seguridad, el partido entre Independiente y Universidad de Chile queda cancelado", informó en un comunicado oficial. El caso ya fue elevado a la Comisión Disciplinaria en Asunción y se analizan sanciones durísimas: desde la eliminación de ambos equipos de la Sudamericana hasta multas millonarias en medio de la desoladora actualidad económica del club de Avellaneda y la prohibición de disputar torneos internacionales durante un año o más.

Desde Santiago, la indignación cruzó la cordillera. "Lo sucedido en Avellaneda entre las hinchadas de Independiente y Universidad de Chile está mal en demasiados sentidos, desde la violencia en las barras hasta la evidente irresponsabilidad en la organización", expresó el presidente Gabriel Boric. Y fue contundente: "Y no, nada justifica un linchamiento. Nada". El embajador chileno en Argentina, José Antonio Viera Gallo, confirmó que "hay un herido grave" entre los simpatizantes de la U. Una hora y media después del escándalo, más de 300 hinchas visitantes fueron detenidos y trasladados a Puerto Madero.

En la vereda de enfrente, Daniel Schapira, directivo de la U, se mostró desesperado: "Terrible, es increíble esto. No se puede creer. Siempre nos pasa algo. Es también un tema de organización: no pueden poner a la hinchada de la U arriba de la barra de Independiente. Esto se convirtió en un circo. Vamos a ser sancionados, no hay ninguna duda. Siempre estamos viviendo lo mismo, es desesperante. Es mucho más que fútbol". El partido que debía definir un pase a cuartos de final quedó en la nada. En su lugar, Avellaneda fue escenario de un espectáculo violento y bochornoso que ya recorrió el mundo. Corridas, incendios, sangre, detenidos y un partido cancelado: la Sudamericana quedó manchada y la vergüenza de una noche oscura volvió a desnudar la fragilidad de la seguridad en el fútbol sudamericano.