20 Agosto de 2025 09:18
La calma rural de Esquina, a 35 kilómetros al este de la capital tucumana, se quebró el viernes 15 de agosto con una escena brutal. Black, un perro de raza Pampa Argentino, escapó de un campo dedicado a la cría de caballos peruanos junto a otros dos guardianes por un portón abierto. Minutos después, la familia escuchó dos detonaciones. El animal yacía muerto en la entrada de una vivienda cercana. El dueño de esa casa era un policía armado. Los familiares corrieron hacia el lugar y, entre gritos y desesperación, grabaron la secuencia. Allí se ve al agente con su pistola reglamentaria aún en la mano.

Al advertir que estaba siendo filmado, lejos de retroceder, lanzó una amenaza que heló la sangre de todos: "Acordate que vos tenés dos hijos". Black no era un perro cualquiera. Con su musculatura imponente, pelaje blanco y negro y una contextura robusta, encarnaba la fuerza y la nobleza de la raza Pampa Argentino. Tenía entre 65 y 73 centímetros de altura y un peso de alrededor de 50 kilos. Pero toda esa vitalidad fue arrebatada en segundos por la brutal decisión de un uniformado que, según la denuncia, disparó sin más. El abogado Javier Lobo Aragón, representante de la familia denunciante, fue categórico: "No se puede permitir que una persona actúe de esta forma, y menos aún un policía que porta un arma. Por eso radicamos la denuncia y decidimos llevar el caso hasta las últimas consecuencias".
Y lanzó una advertencia que resonó con fuerza en los tribunales tucumanos: "¿Quién me garantiza que alguien capaz de matar a un perro no pueda hacer lo mismo con una persona?". El caso desató indignación y escaló rápidamente en el ámbito judicial. Este lunes, el Ministerio Fiscal imputó formalmente al agente por el delito de amenazas agravadas por el uso de un arma de fuego, en calidad de autor. La auxiliar de fiscal, Daniela Falchi, detalló que los hechos se produjeron cerca de las 09:30, en la zona de Esquina y Mancopa, a un kilómetro de la Ruta Nacional 9. Además, la fiscalía pidió medidas restrictivas urgentes.
Entre ellas, las autoridades destacaron la prohibición de acercamiento a la víctima en un radio no menor a 200 metros, impedimento de portar armas y notificación inmediata a la Jefatura de Tucumán para garantizar el cumplimiento. El juez actuante autorizó todas las disposiciones. Por su parte, el imputado intentó mostrarse colaborativo y se presentó voluntariamente en la comisaría local, donde entregó el arma utilizada. Sin embargo, la mancha ya está instalada: un policía, llamado a proteger la vida, terminó señalado por matar a sangre fría y amedrentar con un mensaje mafioso.

El Ministerio de Seguridad de Tucumán informó que el agente será sometido a una investigación sumaria interna, paralela al proceso penal. La familia de Black, respaldada por grabaciones y testimonios, insiste en que no se trata solo de la vida de un animal, sino de un precedente peligroso. "Lo que pedimos es protección, porque después de esa amenaza no podemos sentirnos seguros", advirtió el abogado Lobo Aragón.

