21 Mayo de 2025 10:36

Una vez más, la sangre de un trabajador mancha las calles del Conurbano bonaerense. Esta vez fue el turno de un chofer de la línea 126, apuñalado con salvajismo durante un robo en la última parada de Villegas, en Ciudad Evita. Mientras permanece internado con graves lesiones en la cabeza, el brazo y la pierna, sus compañeros paralizaron el servicio y bloquearon la Ruta 4 en señal de protesta. El grito de bronca es unánime: "Queremos vivir, esto es insostenible, el compañero viene a trabajar y no sabe si vuelve a la casa, no vamos a esperar a que maten un chofer para tomar medidas", sostuvo Julián, delegado de la línea 126, en diálogo con TN.

El ataque ocurrió pasadas las 23 horas del martes, cuando tres delincuentes abordaron el colectivo simulando ser pasajeros. Esperaron a que el resto de los usuarios descendiera y, al quedar a solas con el conductor, lo abordaron con violencia. El trabajador intentó resistirse, pero fue reducido a puñaladas. Según fuentes policiales, le robaron el celular y huyeron dejando a la víctima gravemente herida dentro de la unidad. "Lo pudieron haber matado", denunció entre lágrimas y furia Julián. "Hay seis denuncias en la misma zona. Esto no es nuevo. No vamos a esperar a que un compañero muera para actuar", remarcó.
Y agregó: "Hasta que no nos den una respuesta no nos vamos, ya no se aguanta más, trabajamos por $2,50 y no tenemos seguridad". Desde la medianoche, decenas de choferes cortan la Ruta 4, a 300 metros de la rotonda de La Tablada y a ocho cuadras de la rotonda de San Justo, epicentro simbólico del reclamo. Con carteles improvisados, gritos de angustia y los colectivos detenidos como barricadas, la protesta no sólo busca justicia por la agresión, sino una reacción urgente del Estado ante una inseguridad que ya se ha vuelto rutina. Carlos Bareiro, otro de los delegados de la línea, confirmó que el paro continuará por tiempo indeterminado.
Según explicó, salen a trabajar por dos mangos sin la certeza de que volverán a sus casas sanos y salvos. Además, destacó que desde hace años que vienen pidiendo seguridad. Aunque aún no hay confirmación oficial, otras líneas podrían sumarse en las próximas horas al paro. Las bases están agitadas y el hartazgo se acumula. El episodio no es un hecho aislado: apenas horas antes, otro chofer fue agredido en el mismo partido. Para los trabajadores, el mensaje es claro: la vida vale menos que un celular. La línea 126 no sólo reclama seguridad. También arrastra una disputa salarial que se agrava día a día. "La Matanza es tierra de nadie", repiten.
Mientras tanto, el chofer herido permanece internado bajo observación. Su nombre, por ahora, no trascendió. Pero para sus compañeros tiene un rostro claro: el de todos ellos. El de cada conductor que sale a trabajar sabiendo que quizá, ese día, no regrese. "No queremos ser mártires. Queremos volver vivos a casa", dicen los colectiveros mientras cae la noche en una Ruta 4 paralizada por el miedo, la bronca y el hartazgo.