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Un conductor alcoholizado causó una noche de caos en Villa del Parque: cuatro autos destruidos y una casa embestida

El test de alcoholemia arrojó un resultado de 2.45 gramos por litro de alcohol en sangre, casi cuatro veces más del máximo permitido en la Ciudad de Buenos Aires.

04 Diciembre de 2025 10:43
Chocó cuatro vehículos y el frente de una casa

La tranquilidad habitual de Villa del Parque se quebró en cuestión de segundos. Eran las 23.25 del miércoles cuando un estruendo sacudió la cuadra de Pedro Lozano al 3700 y dio inicio a una secuencia tan violenta como absurda: un hombre, completamente alcoholizado, destruyó cuatro autos estacionados y terminó incrustado contra el frente de una vivienda. El episodio, registrado por cámaras de seguridad, dejó un tendal de daños materiales, un barrio conmocionado y una certeza que se repite demasiado seguido: pudo haber sido una tragedia. Según relataron los vecinos que llamaron desesperados al 911, el conductor de una Ford Territory circulaba realizando maniobras peligrosas, zigzagueando entre los autos detenidos y dando marcha atrás sin control. Lo que siguió fue una cadena de impactos que retumbó en toda la manzana. 

Uno tras otro, cuatro autos estacionados -todos vacíos, por puro milagro- fueron embestidos con violencia. Pero la escena no terminó ahí. Como si estuviera desconectado de la realidad, el hombre volvió a acelerar y terminó chocando de frente contra una vivienda de la esquina. El golpe fue tan fuerte que varios residentes salieron a la calle creyendo que se trataba de una explosión. Aunque la estructura no presenta riesgo de derrumbe, las marcas del impacto quedaron grabadas en la fachada: revoque desprendido, un portón torcido y el miedo todavía latente en los dueños de la casa que, de no haber estado en otra habitación, podrían haber estado en la línea del impacto.

Cuando arribaron los efectivos policiales, lo primero que notaron fue el estado del conductor: emanaba un fuerte olor a alcohol, apenas podía mantenerse en pie y balbuceaba incoherencias mientras intentaba explicar lo inexplicable. Personal del SAME lo asistió en el lugar y, aunque no presentaba heridas graves, fue trasladado por precaución a un centro de salud. La confirmación llegó minutos después: el test de alcoholemia arrojó un resultado de 2.45 gramos por litro de alcohol en sangre, casi cuatro veces más del máximo permitido en la Ciudad de Buenos Aires. 

Un nivel tan alto que convierte al vehículo en un arma y al conductor en un riesgo directo para cualquiera que se cruce en su camino. "Es un milagro que no haya muertos", repetían los vecinos, todavía shockeados por la violencia de la secuencia. La Policía secuestró el vehículo y la Justicia dispuso actuaciones por contravención, ya que superar un gramo de alcohol en sangre constituye una infracción gravísima.