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Desidia y ajuste

Tragedia anunciada: el descarrilamiento del Sarmiento desnudó el vaciamiento ferroviario del gobierno

Gremios ferroviarios denuncian que el Gobierno "juega con la vida de la gente" para justificar una futura privatización.

12 Noviembre de 2025 08:40
El descarrilamiento del Sarmiento

Una tarde cualquiera se transformó en una escena de caos, humo y desesperación. Eran las 15:50 del martes cuando una formación del Tren Sarmiento que se dirigía desde Moreno hacia Once descarriló a la altura de Liniers, a metros de la intersección entre Timoteo Gordillo y Avenida Rivadavia. Tres vagones quedaron fuera de las vías, con un saldo de al menos veinte pasajeros heridos, nueve de ellos trasladados a distintos hospitales porteños. Entre las víctimas había menores de edad. 

Milagrosamente, no hubo que lamentar víctimas fatales. La imagen fue desoladora: pasajeros atrapados en los vagones, humo, vidrios rotos y un grito común -"¡ayuda!"- que resonaba entre los hierros retorcidos. "Iba atrás donde se dobló el tren. De repente se frena, empieza a salir humo por todos lados y la gente estaba desesperada. Pensé que nos íbamos a ahogar ahí", relató Ramiro, un estudiante de 13 años que regresaba del colegio y viajaba en el vagón más afectado. 

Su testimonio, estremecedor, pintó de cuerpo entero la angustia que vivieron los pasajeros del Sarmiento. Bomberos de la Ciudad, brigadistas y más de 40 efectivos del SAME participaron del operativo de rescate. "Lo más importante es que no hay víctimas fatales", señaló el titular del SAME, Alberto Crescenti, intentando llevar calma. Sin embargo, el alivio por la ausencia de muertos no alcanza a borrar la pregunta que todos se hacen: ¿cómo es posible que algo así siga ocurriendo en pleno 2025?

El accidente no fue un hecho aislado. Desde comienzos del año pasado, Trenes Argentinos Operaciones (SOFSE) viene aplicando recortes bajo la excusa de una "racionalización estacional". Los recortes se tradujeron en menos mantenimiento, menos repuestos y menos personal técnico. La consecuencia: un servicio degradado, con formaciones viejas, cables de señalización robados que nadie repone y un 25% menos de frecuencias.

El descarrilamiento del Sarmiento

El propio gremio ferroviario había advertido hace semanas que la situación era "insostenible". Desde la llegada de Javier Milei al poder, todas las líneas -Sarmiento, Mitre, Roca, San Martín y Belgrano Sur- sufren recortes en sus diagramas, reducción de velocidad en tramos peligrosos y cancelación de obras esenciales. "Hay una degradación total de la empresa. No hay repuestos ni presupuesto. Nos están llevando a eso para que venga un capital privado y la compre a menor valor", denunciaron trabajadores del sector.

El descarrilamiento del Sarmiento

La Ley Bases, aprobada con el respaldo del oficialismo, incluyó a Trenes Argentinos Operaciones (SOFSE) y Trenes Argentinos Cargas en la lista de empresas "susceptibles de privatización o concesión". En los talleres ferroviarios y entre los usuarios, la sensación es clara: se busca desgastar el sistema público para venderlo como inviable. "El camino evidente es la falta de mantenimiento, para prestar servicios malos, que la gente esté disconforme y así terminen convenciéndola de que es necesaria la privatización", advirtieron delegados gremiales.

Tras el accidente, la agrupación Naranja Ferroviaria Nacional emitió un comunicado lapidario: "El Gobierno Nacional es responsable del vaciamiento y la desinversión que dejaron una infraestructura obsoleta sin mantenimiento", denunciaron. Recordaron que hace apenas veinte días hubo un choque de trenes en la línea Urquiza, también con heridos, y que La Fraternidad -el sindicato ferroviario conducido por Omar Maturano- viene alertando desde septiembre sobre "un plan deliberado para desmantelar el sistema ferroviario argentino".

En aquel comunicado, titulado "Ramal que anda, ramal que cierra", los ferroviarios advertían: "Antes, el supuesto déficit era la excusa para cerrar ramales; ahora es la billetera del FMI que intenta suprimir los ferrocarriles para imponer sus negocios metalmecánicos y petroleros". El tiempo, trágicamente, les dio la razón. Desde la Naranja Ferroviaria reclaman la reestatización plena del sistema, un plan de obras urgentes y el control obrero del mantenimiento. "La falta de inversión en material rodante e infraestructura tiene como resultado accidentes predecibles y perfectamente evitables", señalaron.

Además, convocaron a asambleas en todas las líneas para impulsar un plan de lucha conjunto "contra el ajuste de Milei". El caso del Sarmiento es apenas un síntoma de un sistema en caída libre. Los trabajadores denuncian que más de 60 locomotoras nuevas -adquiridas a China- están hoy paradas por falta de insumos eléctricos. En paralelo, se suspendieron servicios de larga distancia como Buenos Aires-Bahía Blanca y Buenos Aires-Pinamar, y ahora peligran los ramales Retiro-Tucumán y Neuquén-Cipolletti.