En una noche repleta de reconocimientos, bromas y sorpresas, hubo un momento que se llevó todas las miradas y tocó una fibra sensible del público. En plena entrega de los Gran Hermano Awards, la ceremonia que cierra cada temporada del exitoso reality de Telefe, Santiago del Moro rompió el protocolo y le dio paso a una de las figuras más queridas del equipo: Claudia Fasolo, la voz inconfundible que acompaña cada gala desde la cabina de locución.
Pero esta vez, su presencia no fue solo profesional. Invitada por el conductor al centro del estudio, Fasolo vivió uno de los momentos más personales y conmovedores de la noche al mostrar públicamente por primera vez un tatuaje muy particular: el rostro de Del Moro, grabado en tinta sobre su omóplato izquierdo. "Ahora va a decir 'cringe'", bromeó el conductor al anticipar la mezcla de nervios y emoción que envolvía la escena.
Pero la risa se transformó rápidamente en un abrazo sentido, el tipo de gesto que no necesita guión y que dejó claro que entre ellos hay un vínculo que va más allá de lo laboral. Aunque el tatuaje no era nuevo -Claudia lo había compartido por primera vez en redes sociales en 2021-, nunca antes se había mostrado en televisión. Y mucho menos en el programa que Del Moro conduce. Esa noche, con las luces del estudio apuntando a ellos y la ovación del público de fondo, el gesto cobró un nuevo significado.
"Es por gratitud, él me salvó cuando yo estaba en la lona", había explicado. Una frase breve, pero poderosa, que resume el porqué de una decisión tan profunda como permanente. "Siento que hay seres que aparecen en la vida de uno de una manera muy angelada. Y para mí, Santiago marcó un antes y un después en muchas cosas de mi vida", agregó, visiblemente emocionada.
La locutora, con más de 36 años de trayectoria en los medios, construyó una carrera sólida al lado de gigantes de la televisión argentina como Susana Giménez y Lucho Avilés. Sin embargo, siempre optó por un perfil bajo, lejos del estrellato y el escándalo. Por eso, cuando en su cuenta de Instagram mostró el proceso de realización del tatuaje -basado en una foto que el propio Del Moro le había enviado-, muchos se sorprendieron.
La reacción no tardó: "¿Te hiciste la cara de Santiago????", le preguntó Adriana Salgueiro, entre emojis de asombro. "Siiiii", respondió Claudia con alegría. Y desde su cuenta, el conductor no se quedó atrás: "Fasolo te quiero! Jajaa", escribió al compartir la imagen del tatuaje. Lo que parecía un simple cierre de gala terminó siendo uno de los momentos más comentados y virales de la noche. En un contexto televisivo donde reina el impacto y lo efímero, el gesto de Fasolo se sintió genuino, íntimo.
En tiempos donde el "gracias" suele quedar fuera de cámara, Claudia decidió grabarlo en la piel. Su vínculo con Del Moro nació, como tantos otros, según explicó, de una casualidad laboral. "Nada es casual y mi encuentro con Santiago fue trabajando en el mismo edificio. Fui a suplir a una locutora en el mismo edificio donde trabajaba él, y después me empezó a llamar para cada actividad que había. Su incondicionalidad es algo que voy a agradecer absolutamente toda mi vida", contó.
La escena, sencilla pero cargada de significado, fue un recordatorio de que detrás del show hay historias reales. Que la televisión también puede ser un espacio donde florecen los afectos genuinos. Y que, a veces, las palabras no alcanzan, y hay que buscar otros lenguajes -como la tinta sobre la piel- para decir lo que el corazón no puede callar. Así, en una gala pensada para homenajear a los protagonistas del reality, la verdadera protagonista terminó siendo ella, la voz que siempre estuvo ahí pero que esta vez eligió mostrarse. Y con un simple gesto, Claudia Fasolo convirtió una noche de premios en un acto de agradecimiento que quedará grabado en su cuerpo.