Caía la noche en Parque Patricios y cientos de miles de personas de todo el país apuraban su paso para escuchar a dos de las bandas más emblemáticas de la historia del rock en el mítico estadio de Huracán. Allí, desde las 20 horas, tocaron sus mejores canciones Guns N' Roses que fueron teloneados por Catupecu Machu.
Para los seguidores de la banda de Fernando Ruiz Diaz, todo fue perfecto. Catupecu sonó espléndido, fuerte, muy prolijo y dejó claro que es una de las bandas más potentes de la historia del rock nacional. Se escucharon canciones como Plan B: anhelo de satisfacción donde más de uno se conmovió hasta las lágrimas pero también hicieron viajar al público con no faltó Y lo que quiero es que pises sin el suelo o Dale.
La emoción de Ruiz Diaz al ver cómo todos coreaban sus canciones recordó cómo las canciones de Catupecu marcaron las almas y los corazones de muchas argentinas y argentinos. Y, después de 40 minutos de espera, se subió al escenario el trío californiano para seguir con la maravillosa noche que acababa de comenzar: sería el octavo show de la banda en Argentina.
Los Guns tocan ininterrumpidamente desde el año 1985 y se nota. Abrieron el show con Welcome To The Jungle para dejar claro cómo sería la tónica de la noche; en el escenario los legendarios Axl Rose , Slash, el bajista Duff McKagan, Richard Fortus, el baterista Isaac Carpenter lo daban todo acompañados por Melissa Reese (35) que sin dudarlo le dio el toque nuevo, fresco y fundamental que necesitaba la banda.
Melissa dejó su alma en los teclados y fue fundamental para sostener la línea rockera que le dio paso a canciones como Bad Obsession, Mr. Brownstone, Chinese Democracy, Better, It's So Easy y hasta la re contra coreada Pretty Tied Up. La noche fue larga: en total el público argentino escuchó 28 canciones de los Guns en un show que duró nada más y nada menos que ¡tres horas! de pura adrenalina, nostalgia y mucha explosión rockera.
No faltaron los que se emocionaron con Live And Let Die, Sabbath Bloody Sabbath y la fantástica interpretación de Don't Cry que le antecedió al clásico Knocking On Heavens Door que nadie se perdió de cantar. La noche de Huracán fue bastante federal. En el público había personas de Rosario, Córdoba, Tucumán, del provincia de Buenos Aires pero también se escucharon tonaditas salteñas y santiagueñas. El estadio, rodeado de vendedoras de la mejor gastronomía callejera argentina también le dieron una pincelada mágica a lo que ya parecía inmejorable.
El punto más álgido de la noche se dio cuando los Guns N' Roses cantaron You Could Be Mine, y November Rain. Cabe destacar que cada bloque de canciones, Axl Rose lució camperas de cuero fuera de serie desde una total black al estilo más de los '80 hasta otra camuflada espectacular. Para terminar, se colgó todos los brillos y terminó el show como una verdadera estrella de rock ochentosa lo haría.