14 Octubre de 2015 15:17
Los casos de bullying o acoso escolar de menores y adolescentes que terminan en suicidio no son tan habituales, pero es que tampoco son tan estudiados, en todo el mundo, los suicidios de niños o niñas menores de 13 años.
Por eso conmueva tanto y llama la atención la muerte de Milton Amaya, de 9 años, en la localidad Algarrobo del Aguila, en la provincia de La Pampa. Según su familia, Milton había sido abusado cuando era más chico por alumnos mayores y eso era motivo de burlas por parte de sus compañeros.
Milton tenía 9 años y había sido abusado en la escuela por compañeros.
El médico que realizó la autopsia sostuvo que Milton había muerto ahorcado por el cordón de una zapatilla. Según su padre, podría haberse tratado de un accidente, pero la justicia pampeana investiga el caso como un posible suicidio.
En la mayoría de los casos de lesiones autoinflingidas por menores, lo que expresan, explica a BigBang un psicológo que prefirió no identificarse, son consecuencia de las lesiones y agresiones que pueden haber sido víctimas. Los intentos de suicidios podrían obedecer a la mismas causas.
Según la ONG Bullying Sin Fronteras, cuatro de cada diez alumnos de escuelas secundarias de la Argentina, sufrieron durante su paso por el colegio algún tipo de acoso o maltrato por parte de sus compañeros. La misma entidad aporta que un estudio sobre conflictividad y violencia en las escuelas secundarias del área Metropolitana de Buenos Aires, realizado por UNICEF y FLACSO en 2009, del cual se desprende que:
El 66% de los alumnos tiene conocimiento de situaciones constantes de humillación, hostigamiento o ridiculización.
El 18% reconoce sufrir burla de manera habitual por alguna característica física.
El 16,4% comentarios desagradables en público(con mayores proporciones en escuelas privadas).
El 9,5 tratados de manera cruel (con mayor nivel en escuelas privadas).
El 5% haber sido obligados a hacer algo contra su voluntad.
El 3,1% declara haber sido tocados o tratados de tocar de manera sexual en contra de su voluntad de manera habitual o más de una vez.
La ONG Humanium, que trabaja por el respeto de los derechos del niño en todo el mundo, sostiene que “apenas estudiado a nivel internacional, la incidencia del suicidio infantil parece, sin embargo, haber aumentado en los últimos años”.
Un trabajo de Humanium advierte que “el suicidio infantil a veces es difícil de diagnosticar, ya que los niños viven tienen mayor dificultad que los adultos para expresar sus conflictos o su infelicidad. El suicidio de los niños más pequeños es, además, confundido con o pensado como un accidente: muchas veces atribuido a apoyarse en las ventanas o cruzar la calle en el momento equivocado, por ejemplo”.
De todos modos, la ONG indica que un de los pocos trabajos que se realizó en los Estados Unidos revela que el suicidio es la cuarta causa de mortalidad entre niños de 10 a 14 años, y la tercera en niños mayores de 15. Otros dos estudios realizados en Suiza en 2004 en niños de entre 11 y 15 años, y de entre 16 y 20 años, aproximadamente el 8% de las niñas y el 3% de los niños admitieron haber realizado un intento de suicidio al menos una vez.
