21 Enero de 2016 04:16

En un mensaje vía carta a los dirigentes que participan del Foro de Davos, el Papa Francisco le insistió a los líderes del mundo que “no se olviden de los pobres”. “Éste es el principal desafío que tienen ustedes”, les exigió el jefe del Estado Vaticano. Además, reclamó la creación de nuevos puestos de trabajo.
En un mensaje dirigido al presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial de Davos, Francisco fue más que enfático. Le reclamo a los líderes de la política y los negocios que se encuentran allí presentes por estos días que abran “su mente y corazón a los pobres”, y pidió crear “nuevas formas de actividad empresarial que mientras fomentan el desarrollo de tecnologías avanzadas sean capaces de crear trabajo digno para todos”. Además, reiteró su mensaje respecto al cuidado del medio ambiente.
La carta fue leída por el cardenal ghanés Peter Turkson, presidente del Pontificio Consejo de Justicia y Paz, presente en Davos. Allí, el Papa también cuestiona la “cuarta revolución industrial” y habló de la sensación de “inevitabilidad” de la reducción de puestos de trabajo.
En su nuevo mensaje, el Pontífice sostuvo que “menos oportunidades de empleo satisfactorio y digno causan un inquietante aumento de desigualdad y pobreza” en diferentes países. Por eso, pidió crear nuevas formas de actividad empresarial que fomenten el desarrollo de tecnologías avanzadas, pero que a la vez sean capaces de crear trabajo digno y “consolidar los derechos sociales”.
“¡No se olviden de los pobres! Ese es el principal desafío que tienen”, les dijo el Papa Francisco.
No se trata de la primera ocasión en que el Papa Francisco se expresa de este modo. De hecho, en su encíclica Laudato Sí ya había hecho referencia no sólo al cuidado del medio ambiente, sino también a las nuevas formas de trabajo y las relaciones humanas, con el objetivo de lograr un desarrollo sustentable.
Su mensaje, dirigido a empresarios y líderes políticos de todo el mundo presentes en Davos - entre ellos el presidente Mauricio Macri -, también asegura que “la actividad empresarial es una noble vocación orientada a producir riqueza y mejorar el mundo”, aunque enfatiza que “especialmente entendiendo que la creación de puestos de trabajo es parte ineludible de su servicio al bien común”.