El hallazgo del cuerpo sin vida de Nicolás Tomás Duarte, el joven de apenas 18 años que estuvo desaparecido desde la madrugada del sábado, sacudió a la localidad bonaerense de Ezeiza. Su cuerpo fue encontrado este martes, debajo de un puente en las inmediaciones del arroyo Aguirre, tras tres días de búsqueda desesperada que movilizó a vecinos, bomberos, Defensa Civil y la Policía Bonaerense. Mientras la Fiscalía Descentralizada N°1 de Ezeiza, a cargo de Florencia Belloc, espera los resultados de la autopsia para determinar las causas de la muerte, la conmoción, la bronca y el dolor se multiplicaron en las redes sociales.
Familiares y amigos despidieron a Nicolás con mensajes cargados de tristeza, impotencia y culpa. Entre ellos, uno se volvió viral: una extensa carta publicada por Alejandra, una amiga del joven. "Perdón, Nicolás. Perdón porque te fallamos. Porque te fallaron los que decían ser tus amigos, la falta de códigos, de esos que teníamos antes: '¿Vamos juntos volvemos todos juntos'. Te falló el municipio que debía cuidarte, tener las calles y los puentes en un estado óptimo. Pero sobre todo, te fallamos todos", escribió la joven en su cuenta de Facebook.
Esa sensación de haber llegado tarde, de no haber hecho lo suficiente, recorre toda la comunidad. "Te fallamos desde nuestro egoísmo, desde la comodidad de mirar para otro lado. Te fallamos cuando nos acostumbramos al dolor ajeno, cuando preferimos callar antes que involucrarnos, cuando el miedo o la indiferencia pesaron más que la empatía", continuó Alejandra en su carta, replicada decenas de veces en las redes. La noche en que Nicolás desapareció, una tormenta azotaba Ezeiza. Había salido de su casa en Tristán Suárez rumbo al boliche Egipto Baires Sur, ubicado sobre la colectora de la ruta provincial 205.
A las 4:10, según confirmaron los investigadores, fue retirado del local por personal de seguridad privada. Desde entonces, se lo vio caminando solo por distintos tramos de la RP 205, desorientado y con signos de ebriedad. A las 5:20, una cámara de seguridad lo registró caminando en dirección a su casa. Más tarde, un chofer de un camión recolector de residuos declaró haberlo visto cerca de las 8, con una herida en el labio. Le preguntó si necesitaba ayuda, pero Nicolás siguió su camino. Dos minutos después, otra cámara lo captó dirigiéndose hacia un puente precario sin barandas, donde se perdió su rastro.
El teléfono celular dejó de emitir señal en la zona del boliche. A partir de esa información, se montó un operativo de búsqueda con más de 90 efectivos, perros rastreadores y buzos tácticos. Finalmente, el cuerpo fue hallado en el cauce del arroyo Aguirre, una zona anegada y sin mantenimiento. La hipótesis principal apunta a un accidente: una caída al agua producto de su desorientación y del temporal. Pero los vecinos no lo creen tan simple. En declaraciones radiales, muchos denunciaron el mal estado de los puentes, la falta de iluminación y el abandono municipal. "Perdón por haber permitido que la ausencia se volviera rutina", insistió Alejandra.
Y siguió: "Que la injusticia se hiciera paisaje, que tu nombre tuviera que gritarse para ser escuchado. Hoy tu historia duele. Duele porque podría ser la de cualquiera, porque nos pone frente a un espejo y nos muestra lo peor: la indiferencia de nuestras autoridades, la falta de humanidad, la pérdida del 'nosotros'". Y cerró con una reflexión: "Todos los niños y niñas de este país deberían poder volver tranquilos y seguros a su casa. Aun si van solos, aun si nadie los espera en la esquina, deberían poder volver. Esa debería ser la regla, no la excepción. Y hasta que eso pase, no vamos a poder hablar de justicia ni de paz. Dios le dé consuelo a tu familia".