El viento patagónico azota con fuerza y cubre de polvo los caminos de tierra donde un misterio se vuelve cada día más oscuro. Pedro Alberto Kreder, de 79 años, y Juana Inés Morales, de 69, desaparecieron hace doce días en Comodoro Rivadavia y, pese a los rastrillajes, no hay ni un rastro de ellos. Solo quedó su camioneta, una Toyota Hilux beige, semienterrada en un zanjón de barro, con las puertas cerradas, las llaves puestas y varios objetos personales en su interior: ropa, un termo, pan, un bidón de combustible y una botella de agua. Pero ni Pedro ni Juana estaban ahí. Tampoco sus teléfonos celulares.
El periodista Adolfo Morales detalló una de las teorías que barajan las autoridades por estas horas: "La hipótesis es que el terreno donde se encajó la camioneta es un terreno arcilloso y es casi como una especie de arena movediza", explicó. Según detalló, esa superficie "absorbe" y se cree que los jubilados fueron "tragados" luego de haber salido de la camioneta para ir en busca de ayuda. "Nunca se pierde la esperanza de encontrarlos con vida", aseguró el propio gobernador de Chubut, Ignacio Torres. Y remarcó que se comunicó con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, "para poner a disposición todos los recursos necesarios" en la búsqueda,
La escena encontrada por los rescatistas parece salida de una pesadilla. El Zanjón de Visser -donde se halló el vehículo- es una zona de grietas, cañadones y sedimentos inestables, donde la humedad puede transformar el suelo en una trampa mortal. Las lluvias recientes convirtieron el barro en una masa pegajosa capaz de succionar lo que pisa. Por eso, la teoría más espeluznante entre los investigadores es que el terreno literalmente "se los tragó". Sin embargo, no es la única hipótesis. Una denuncia anónima, recibida por la línea 134, sostiene que la pareja habría sido víctima de un intento de robo.
De acuerdo con el ministro de Seguridad y Justicia, Héctor Iturrioz, la denuncia anónima sostuvo que la pareja "fue interceptada y obligada a desviarse de la ruta principal hacia un camino alternativo". Además, confirmó que el testimonio pertenece a una persona que también sufrió un intento de robo en la zona de Rocas Coloradas, pero logró escapar. "Estamos investigando en paralelo dos hipótesis centrales: la de la pérdida accidental y la del homicidio", advirtió. Esa versión encendió las alarmas entre los familiares. "Mi papá no se desviaba. Si tomaron esa ruta, fue porque algo los obligó", aseguró una de las hijas de Kreder, con la voz quebrada.
El caso se vuelve cada vez más enigmático. El terreno de Cañadón Visser, según los expertos, está plagado de grietas, pozos y "sumideros" invisibles que pueden colapsar bajo el peso de una persona o un vehículo. Los rescatistas, que ya rastrillaron más de 40 kilómetros a la redonda, se enfrentan además a condiciones extremas: viento huracanado, barro espeso y temperaturas bajo cero. De hecho, Morales informó que el viento es tan fuerte que se imposibilita el trabajo con drones y que la búsqueda se concentra sobre la costa, cerca de donde hallaron la camioneta, pero también hacia la Ruta 3, ya que el trayecto que usaron las víctimas corre paralelo a esa autovía.
A pesar del esfuerzo, los resultados son nulos. No hay rastros biológicos en la camioneta, ni signos de violencia. Tampoco se pudieron rastrear los celulares. "No se descarta ninguna hipótesis. Estamos ante un caso complejo, en una zona de difícil acceso y sin testigos directos", señalaron fuentes judiciales. La aparición de huellas recientes en un sendero de Pampa Salamanca reavivó por unas horas la esperanza. Pero pronto se desvaneció. La tierra, el viento y el silencio volvieron a cubrirlo todo. El recuerdo de otro caso ocurrido en el mismo lugar aumenta la angustia. En febrero de 2023, Diego Barría desapareció en esa misma zona. Ocho días después, sus restos fueron hallados dentro de un tiburón. "En esa zona las mareas suben y copan el lugar", habían explicado los investigadores por aquel entonces.