En un impactante operativo que dejó al descubierto la sofisticada maquinaria del crimen organizado, las fuerzas de seguridad desarticularon una red de lavado de dinero vinculada al juego ilegal que operaba desde los lujosos barrios privados de Canning, en el conurbano bonaerense. El procedimiento se extendió por más de 18 horas y terminó con cifras ¡impresionantes! incautadas.
Además de 18 detenidos, 20 prófugos y la incautación de una suma de $17.000 millones en efectivo, el despliegue de las fuerzas de seguridad es realmente de película: encabezado por el juez federal de Morón Jorge Rodríguez y solicitado por el fiscal Santiago Marquevich junto al auxiliar fiscal Eduardo Suárez, fueron 59 los allanamientos simultáneos en diferentes puntos de la provincia de Buenos Aires, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y San Luis.
Allí participaron 340 efectivos del Escuadrón Buenos Aires de Gendarmería Nacional, quienes desmantelaron la organización que habría blanqueado al menos 4 millones de dólares provenientes del juego clandestino.
Queda en evidencia que los actos delictivos no sólo están en los barrios populares... de hecho, este caso parece demostrar todo lo contrario. Es que los barrios cerrados El Rebenque, Terralagos y Santa Juana, conocidos por su exclusividad y seguridad, fueron el epicentro de esta red criminal.
Allí, bajo una aparente vida de lujo y tranquilidad, operaba "Celuapuestas", una plataforma virtual que ofrecía juegos de azar ilegales a través de redes sociales y sitios web no regulados.
La investigación reveló que la organización estaba liderada por un hombre identificado como R.J.Z., quien había diseñado un sistema altamente estructurado para evadir controles del Estado de Javier Milei que son cada vez más endebles.
La red usaba billeteras virtuales, cuentas bancarias a nombre de terceros y una técnica conocida como "pitufeo", que consiste en realizar múltiples depósitos fraccionados para evitar alertar a las entidades financieras y a las autoridades. Este método, combinado con la compra de vehículos, inmuebles y criptomonedas, permitió a los delincuentes lavar sumas millonarias sin levantar sospechas.
Para dar apariencia de legalidad a los fondos ilícitos, los implicados crearon sociedades con objetos sociales diversos y un capital inicial conjunto superior a los 400.000 dólares. Estas empresas pantalla les permitían comprar varios tipos de propiedades y una flota de más de 60 vehículos, muchos de ellos de alta gama. Y, como no quiere la cosa, también operaban en inversiones de criptomonedas, lo que reforzó el esquema de blanqueo.
Entre los detenidos se encuentran familiares que actuaban como testaferros y profesionales como un contador y una abogada. Ambos están acusados de colaborar activamente en la constitución del conglomerado empresarial y por incumplir su obligación legal de reportar operaciones sospechosas.
El botín de la operación es simplemente, impresionante:
- Dinero en efectivo en distintas monedas
- más de 40 computadoras y dispositivos electrónicos
- Merchandising de las empresas investigadas
- Documentación contable comprometedora
- Gran cantidad de teléfonos celulares
- Tres armas de fuego
- Aproximadamente 12 kilos de marihuana fraccionada lista para su comercialización