La noche del domingo en Tolosa terminó en tragedia. En una pequeña casa de la calle 517, entre 116 y 117, un adolescente de 16 años tomó un cuchillo para proteger a su madre de una nueva agresión. Minutos después, el hombre que la atacaba -Fabián Héctor Celestino Farías, de 42 años- yacía muerto en la calle, con una profunda herida en el pecho. El crimen, que conmocionó al barrio, ocurrió poco después de las 22. Según los primeros informes policiales, el joven actuó en defensa de su madre, Romina Alejandra Agüero, de 35 años, quien había denunciado reiteradas veces a su ex pareja por reiterados episodios de violencia familiar.
Farías, sin embargo, violó una restricción perimetral vigente e irrumpió en la vivienda portando un cuchillo. El enfrentamiento fue violento y desesperado. En medio del forcejeo, el adolescente logró arrebatarle el arma y le asestó una puñalada fatal en el pecho, tras lo cual el agresor cayó en la vereda y murió minutos después, antes de que llegaran los médicos del SAME. "El fallecido tenía una herida profunda en el tórax, incompatible con la vida", señaló el doctor Rodríguez Arias, a cargo de los médicos del SAME que acudieron al lugar y constató el deceso en el lugar.
Momentos más tarde, la mujer y su hijo se presentaron espontáneamente en la comisaría, donde el menor admitió haber intervenido para salvar a su madre. Por disposición de la fiscal Sabrina Cladera, titular de la Fiscalía del Menor N.º 1 de La Plata, el joven fue aprehendido mientras se desarrollan las pericias y se analizan las circunstancias exactas del hecho. En la escena del crimen, los investigadores hallaron dos cuchillos -una cuchilla y un Tramontina- con restos de sangre, que fueron secuestrados para su análisis. El lugar fue preservado por agentes de la Comisaría Sexta de Tolosa y del Gabinete de Homicidios de la DDI La Plata.
Además, el hecho fue caratulado como "homicidio" mientras se llevan adelante los análisis y pericias correspondientes. Lo cierto es que la muerte de Farías dejó al descubierto una historia de violencia que se repite con alarmante frecuencia. El hombre tenía un extenso prontuario, con antecedentes por tentativa de homicidio, abuso de armas, robo agravado, lesiones y violencia familiar. Había pasado por al menos tres unidades del Servicio Penitenciario Bonaerense -Olmos, La Plata y Florencio Varela- y acumulaba más de una década de causas judiciales.
Su último expediente databa de agosto de 2025, por una denuncia de violencia familiar tramitada en el Juzgado de Paz de Ensenada, donde se le había impuesto la restricción que ahora violó. Los registros judiciales muestran una secuencia constante de delitos violentos que nunca lograron ser contenidos por el sistema judicial. "Tenía denuncias, causas, condenas... y seguía en la calle", denunció un vecino. "Esa mujer vivía aterrada. El chico hizo lo que cualquiera haría por su madre", agregó. El caso sacudió la tranquilidad de Tolosa. Los vecinos describen a la familia como "gente trabajadora, que no se metía con nadie".
A su vez, afirmaron que los episodios de violencia eran frecuentes. "Ella ya había pedido ayuda muchas veces, pero él siempre volvía. Esta vez fue distinto: el chico no lo dejó golpearla más", relató una vecina. Mientras tanto, la Fiscalía de Menores analiza los testimonios y las pruebas para determinar si el adolescente actuó en legítima defensa.