Después de su destitución, la jueza Julieta Makintach decidió romper el silencio y apuntar directamente contra una amiga a raíz del escándalo por el documental que terminó costándole el cargo. El jury de enjuiciamiento la removió por unanimidad al considerar que su participación en el documental Justicia Divina constituía "una actuación inaceptable" que contaminó el juicio por la muerte de Diego Maradona con "intereses personales".
Inhabilitada de por vida para ejercer como magistrada, la ex jueza aseguró que nunca tuvo control sobre el material final ni sabía qué mostraba el primer capitulo: "Se habla del capítulo uno y yo no lo conozco, realmente. No sé qué es el capítulo uno. No sé qué dice", se defendió al explicar que su participación había sido mínima.
Makintach sostuvo que todo comenzó a partir de una amiga suya: "Vi el teaser que era un proyecto creativo de una amiga que es ama de casa y decoradora de interiores. Me pidió una entrevista para hablar de mí, de mi vida, de mi historia judicial. No vi que esto pudiera tener alguna consecuencia conmigo", describió. Según su versión, aquella mujer fue quien la puso en contacto con el equipo que avanzaba con la producción.
La ex magistrada también relató que una de las grabaciones se hizo un domingo en los tribunales y que, al terminar, simplemente se subió a su auto y respondió algunas preguntas: "No conozco a nadie de la productora, solo a mi amiga que me los presentó", aclaró en varias oportunidades al intentar despegarse de cualquier vínculo directo con el proyecto.
Otro de los puntos de su descargo fue el enfrentamiento con su colega Maximiliano Savarino, a quien acusó de mentir y de eliminar mensajes comprometedores: "Era violento conmigo", afirmó. Además, denunció que algunos testigos habrían sido presionados para no declarar: "¿Le tienen miedo a la verdad? ¿Por qué van a desistir de testigos?", cuestionó.
En su defensa pública, Makintach también reivindicó las motivaciones que —según ella— la llevaron a aceptar ser parte del documental: "Me pareció que este juicio merecía que el poder le rindiera cuentas de su trabajo a la gente, que le explicara qué hace y cómo lo hace", expresó, insistiendo en que no buscaba protagonismo mediático.
La acusación, sin embargo, sostuvo que Julieta Makintach incurrió en "incumplimiento de deberes", en "parcialidad manifiesta" y en conductas incompatibles con la dignidad del cargo. Ante las sospechas sobre posibles intereses personales o económicos, la ex magistrada fue tajante hasta el final: "El documental no era mío", reiteró.