La estadística duele y el silencio asfixia. En apenas 14 días de octubre, 11 mujeres fueron asesinadas en el país. Once vidas arrancadas en medio de una violencia que no da tregua y de un Estado que, para las organizaciones feministas, se muestra ausente y desmantelado. Desde el 1° de enero de 2025, la Organización MuMaLá contabilizó 195 femicidios: uno cada 35 horas. En lo que va del mes, la frecuencia se volvió aún más atroz: "Otro Femicidio, ahora en Chaco. ¡195 desde el 1ro de Enero de este año!, un asesinato cada 35 horas. Solo en octubre 11 víctimas fatales del machismo en su modalidad más extrema, uno cada 28 horas. ¡Emergencia ya!, advirtió el colectivo.
Junto al mensaje, la organización hizo referencia al hallazgo del cuerpo de Gabriela Araci Barrios en un domicilio de Avia Terai, provincia de Chaco. El cuerpo de la víctima fue encontrado en un pozo en el fondo de una propiedad ubicada en el barrio Sur de la mencionada localidad y por el presunto femicidio hay un solo detenido, identificado como J.S., propietario del domicilio. Pero los casos se repiten y estremecen. Lara Gutiérrez, Brenda Del Castillo y Morena Verdi fueron asesinadas en Florencio Varela; Luna Giardina y su madre, Mariel Zamudio, en Córdoba, y Adriana Velázquez junto a su hija, Mariana Bustos, en Bahía Blanca.
Cada nombre se vuelve un eco del mismo grito que retumba desde hace una década: "Ni Una Menos". El último informe del Observatorio Nacional Mujeres, Disidencias, Derechos, publicado a fines de septiembre, confirmó 182 femicidios y 758 intentos frustrados de asesinato. El 14% de las víctimas había denunciado previamente a su agresor. En el 73% de los casos, los femicidas eran ex parejas o familiares. El 70% de los crímenes ocurrió dentro del propio hogar. Y detrás de cada número, otra herida: 120 niños y adolescentes quedaron huérfanos por la violencia machista. "Nos moviliza y nos preocupa enormemente esta realidad que atemoriza", destacaron.
Mónica Baglietto, referente de MuMaLá, en diálogo con Radionord, destacó que "no se trata de cifras, sino de mujeres, familias y personas destruidas". También advirtió sobre una nueva dimensión del horror: "El país está consternado por el triple femicidio vinculado al narcotráfico. La violencia femicida se entrecruza cada vez más con otros delitos complejos".
El informe del observatorio apunta a una trama que combina pobreza, crimen organizado y falta de respuesta estatal. "Los territorios más vulnerables son el escenario de captación de víctimas y ataques armados, donde mujeres, niñas, adolescentes, travestis, trans y lesbianas enfrentan riesgos específicos: vínculos forzados con actores criminales, precariedad de vida y exposición a armas legales e ilegales", advierte el documento.
La directora ejecutiva del observatorio, Gabriela Sosa, fue contundente: "Este es el impacto directo de los recortes, el vaciamiento de la asistencia estatal y la falta de control sobre dinero y armas que promueve el Gobierno de Javier Milei. Sólo con políticas integrales de género y seguridad, articuladas entre la Nación, provincias y municipios, podremos revertir esta dramática realidad".
Este año se cumplieron diez años del primer Ni Una Menos, pero las cifras muestran un retroceso desgarrador. "Desde el 1° de junio de 2015 hasta el 30 de mayo de 2025 registramos 2.589 femicidios, femicidios vinculados y trans/travesticidios. Esto significa que una mujer o persona trans fue asesinada cada 33 horas", precisó MuMaLá. A una década de aquel grito multitudinario que buscaba frenar la barbarie, las organizaciones vuelven a exigir lo que nunca debió ser una consigna, sino una obligación del Estado: la vida de las mujeres no puede depender del calendario ni de las estadísticas. Mientras tanto, la violencia se multiplica y el auxilio se desmantela.