La vida de Cris Morena, una de las figuras más queridas y respetadas de la televisión argentina, está nuevamente envuelta en un episodio de terror. Tras años de hostigamiento, la situación con su acosador, Leandro Lo Giudice, alcanza un nivel de perturbación aterrador.
La reciente intervención judicial no solo reactivó la causa, sino que desveló detalles escalofriantes que revelan la magnitud de su obsesión. Todo comenzó hace más de cuatro años, cuando el hombre inició un patrón de acoso que llevó a Morena a buscar amparo en la Justicia.
A pesar de las restricciones perimetrales y una probation cumplida por el acusado, Lo Giudice reincidió. Pero fue el allanamiento realizado en su domicilio lo que dejó al descubierto una realidad espeluznante.
En el operativo, las autoridades encontraron un cúmulo de pruebas que desnudan la profunda obsesión del acosador. Según trascendió en el programa Desayuno Americano, el hombre había acumulado decenas de anotaciones con el nombre de Cris, acompañadas de fantasías detalladas sobre situaciones ficticias entre ellos.
Sin embargo, lo más perturbador fue el descubrimiento de un collage compuesto exclusivamente por fotos y recortes de revistas con los ojos de Cris Morena. Su mirada, convertida en el epicentro de esta enfermiza fijación, parecía ser el objeto central del delirio de su acosador.
El horror no termina ahí. Entre los hallazgos también se encontraron mapas dibujados a mano alzada con los movimientos cotidianos de la productora. Cada paso suyo estaba registrado con precisión inquietante: desde los lugares que frecuentaba hasta los horarios en los que llegaba a su hogar o se reunía con otras personas e incluso con su familia.
La situación es aún más alarmante si se considera que este no es un hecho aislado, sino parte de un patrón sostenido durante al menos cinco años. A pesar de las medidas judiciales previas, Lo Giudice continuó infringiendo las restricciones, demostrando una conducta incontrolable. Cabe aclarar que este acosador tiene una tobillera electrónica colocada y la causa se reactivó.
El impacto emocional en la vida de la productora es incalculable pues en medio de este clima de terror constante, Cris Morena intenta seguir adelante mientras lidia con el dolor por la pérdida de su nieta Mila Yankelevich y esta amenaza persistente que no parece tener fin.