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Salidas, ascensos y nuevas designaciones

El Banco Nación, otra vez en disputa: recambios, poder político y el avance del "círculo Milei"

Con decretos firmados a días de fin de año, el Gobierno profundizó la reconfiguración del Banco Nación.

23 Diciembre de 2025 08:57
El Gobierno nombró a Carolina Píparo como directora del Banco Nación.

El Gobierno nacional oficializó una nueva tanda de cambios en la cúpula del Banco de la Nación Argentina que volvió a encender cuestionamientos sobre el rumbo político de la principal entidad financiera pública del país. A través del Decreto 903/2025, firmado por el presidente Javier Milei y el ministro de Economía Luis Caputo, se aceptó la renuncia de Daniel Tillard y se designó como nuevo presidente del banco a Darío Wasserman, quien hasta ahora ocupaba la vicepresidencia. 

Darío Wasserman

La medida, publicada en el Boletín Oficial, se complementó con el Decreto 907/2025, que formalizó la incorporación de Carolina Píparo al directorio del Banco Nación, en reemplazo de Rodolfo Carvajal. La diputada nacional dejará así su banca en el Congreso para asumir un cargo estratégico en la conducción de la entidad, con mandato hasta el 1° de enero de 2028, según lo establece la Carta Orgánica.

También se oficializó la salida de Wasserman de la vicepresidencia y la renuncia de Tillard, aceptada "con agradecimientos por los servicios prestados", una fórmula habitual que no logró disipar las lecturas políticas del recambio. La salida del ahora ex presidente del banco era esperada desde hacía semanas y se inscribe en una serie de desplazamientos de funcionarios vinculados al peronismo cordobés, cercano a Juan Schiaretti y al actual mandatario provincial Martín Llaryora.

En esa misma línea ya habían dejado sus cargos otros dirigentes como Osvaldo Giordano, ex titular de ANSES, y Franco Mogetta, ex secretario de Transporte. El mensaje fue claro: el oficialismo avanzó en la depuración de áreas sensibles del Estado para alinearlas sin fisuras con la estrategia política del Gobierno y, en particular, con el núcleo de poder que responde a la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei.

La designación de Wasserman consolidó esa lectura. Su llegada a la presidencia del Banco Nación refuerza la influencia del entorno más cercano a Karina Milei en una institución clave del sistema financiero. A ese entramado político se suma su vínculo con Pilar Ramírez, presidenta del bloque libertario en la Legislatura porteña, con quien integró el armado inicial del espacio y fue anfitrión de reuniones decisivas durante la campaña electoral.

El comunicado que publicó el Ministerio de Economía por la salida de Tillard

Desde el Gobierno defendieron los cambios como parte de la continuidad del "rumbo Milei". En el comunicado oficial se destacó que "el banco volvió a trabajar de banco", una frase que sintetiza el giro hacia el crédito al sector privado y el abandono del financiamiento al sector público. Según datos difundidos por el Ejecutivo, durante las gestiones de Tillard y Wasserman se otorgaron 20 mil créditos hipotecarios y la participación del Banco Nación en el mercado financiero creció de 12 a 18 puntos porcentuales. El propio Tillard, antes de presentar su renuncia, sostuvo que "el equipo del Banco ha cumplido con el mandato de que la institución vuelva a desempeñar plenamente su rol como banco", en sintonía con "las políticas de solvencia fiscal y ordenamiento del balance del Banco Central impulsadas por el Gobierno".

Sin embargo, puertas afuera, las críticas apuntan a otro costado del proceso. Para sectores de la oposición y del sistema financiero, la sucesión de decretos y designaciones evidencia un avance del control político sobre una entidad que históricamente cumplió un rol central en el financiamiento productivo y regional. La llegada de Píparo al directorio, tras dejar su banca legislativa, también reavivó cuestionamientos por la creciente puerta giratoria entre cargos políticos y puestos estratégicos en empresas del Estado. El trasfondo de estos movimientos es aún más sensible. Entre los desafíos que enfrenta la nueva conducción figura el proyecto para transformar al Banco Nación en una sociedad anónima, reemplazando su actual condición de sociedad del Estado. 

Banco Nación

Aunque existe una definición política clara en ese sentido, la iniciativa permanece frenada por una medida judicial. Para sus críticos, los recambios acelerados en la cúpula no son neutrales: preparan el terreno para una reforma estructural que podría alterar de manera profunda el rol histórico del banco.